Vine a ver el tramo más polémico del futuro Tren Maya. En la reserva de la biósfera de Calakmul habitan la mitad de los jaguares del país. Pero el director de Fonatur advierte que en las terminales del tren se formarán “nuevos desarrollos urbanos”. “Nuevas ciudades” ha dicho AMLO.
Muchos vendedores, ejidatarios y restauranteros que entrevisté están a favor del megaproyecto. Pero los guías, productores de miel y empresarios del ecoturismo, no. Carlos, un joven que lleva a turistas internacionales desde Xpujil hasta las ruinas de Calakmul, dice que ya se están organizando para impedir que el tren pase cerca de éstas. Él ha invertido mucha de su vida en formarse: para dominar el inglés trabajó cuatro años en un hotel de canadienses. Luego entró al ecoturismo. “Hay familias de pecaríes, venados, tapires. Es la principal zona de conservación de felinos de México, sería muy grave”, opina.
Ingrid, dueña de jungalows, resume: “el tren es lo contrario a la idea de la biósfera. Además, el problema será el mantenimiento. Durante unos años estará cuidadito, luego lo dejarán caer en el abandono. El impacto visual será grande. Es más práctico para los turistas moverse en auto. Mejor que pongan en orden las agencias que rentan coches. La mitad de los turistas se encuentran con problemas porque los autos están en mal estado, viejos, sin los documentos en regla. No respetan reservaciones y tarifas”.
Diego se ha especializado en alta cocina. Su familia entera huyó de Chiapas a la Ciudad de México luego de un asalto. Allá él trabajó en un gran restaurante. Al venir a la reserva, trató de incursionar en la producción de miel, sin éxito, y ahora es pieza clave de un restaurante. “El tren es otro golpe a la Madre Tierra. Cada vez hay menos floración y menos abejas, por deforestación y fumigaciones. Yo vendí mis colmenas por motivos económicos y porque es muy difícil producir. Tenemos la bendición de la reserva que nos permite producir una miel única de abeja melipona. Pero se nos está acabando con el deterioro del ecosistema”, dice. Las intuiciones de Diego coinciden con las teorías más recientes sobre la vulnerabilidad de los socioecosistemas por reacciones en cadena del turismo y otras intervenciones humanas.
AMLO dice que el sureste posee las zonas arqueológicas más bellas del mundo. Si la estación del tren fuera Xpujil (fuera de la reserva), miles podrían visitar, entre muchas otras, la milenaria ciudad amurallada de Becán, aún viva como pueblo maya del mismo nombre. Un grupo selecto iría en auto a ver la arquitectura vertical y tosca de Calakmul, cuyos murales y principal friso de cualquier modo están cerrados al público. Pero el dinero fácil se quiere obtener con algunos de los millones de turistas tradicionales que visitan Cancún (spring breakers y otros), a los que se les puede vender la idea de una excursión a la selva virgen.