Uñas frágiles, quebradizas, con una disminución de hasta el 30 por ciento en su crecimiento, así como desgaste del esmalte de los dientes e infecciones orales, son algunas de las consecuencias de la onicofagia, advirtió la Coordinadora de la Clínica de Trastorno Obsesivo Compulsivo y Trastornos del Espectro del Instituto Nacional de Psiquiatría, Cristina Lóyzaga Mendoza.
Señaló que este síntoma patológico afecta las actividades de las personas, que puede ser el trabajo, escuela o con la pareja, entre otras.
La especialista dijo que el morderse las uñas de los dedos como una conducta repetitiva durante la infancia provoca el movimiento de las piezas dentales, que interfiere en su correcta alineación para una mordida sana y complica la limpieza bucal.
Lóyzaga Mendoza subrayó que entre los cuatro y seis años de edad se experimentan los primeros episodios compulsivos, “un segundo pico alrededor de los 10 años y luego en la pre adolescencia”.
Enfatizó que el hecho de morderse las uñas no necesariamente constituye una patología, puede ser un mal hábito, pero cuando se presentan repercusiones en las características físicas de los dedos y uñas, entonces ya se considera un trastorno.
Sostuvo que este padecimiento está contemplado dentro de las conductas repetitivas asociadas al cuerpo, en donde se encuentran la Tricotilomanía, trastorno que se manifiesta por jalar y arrancar el cabello, y la Excoriación Psicógena, en donde las personas hacen una especie de escaneo o de búsqueda en la piel, tratando de encontrar pequeñas imperfecciones.
Cabe señalar que se define a la onicofagia como una conducta repetitiva de chupar y morder la parte final de los dedos y las uñas por un tiempo determinado, con una serie de consecuencias en los dedos, uñas, dientes, en la conducta y emociones de los pacientes.
Finalmente, la especialista del Instituto Nacional de Psiquiatría recomendó acudir al dermatólogo o psiquiatra para valorar si se trata de onicofagia o simplemente una lesión en la uña, que puede reflejar otras cosas como resultado del uso de fármacos.
Indicó que es importante la evaluación médica porque el tratamiento difiere de acuerdo con el diagnóstico. En algunas ocasiones, precisó, se puede requerir el uso de fármacos que ayuden a disminuir la ansiedad.
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