Las fiestas de Navidad pueden hacer estragos en tu forma física y dejarte de regalo unos cuantos centímetros de contorno de la cintura o la cadera, gracias al gran número de calorías que trae consigo la cena del 24 de diciembre.
En la cena de Navidad, sumando los aperitivos, el alcohol y los postres, se puede llegar a consumir 2 mil 500 kilocalorías, lo que una persona promedio consumiría durante todo un día.
Las fiestas son para disfrutarlas y, al fin y al cabo, son sólo una vez al año.
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Sin embargo, hay un par de trucos que puedes usar para minimizar los excesos que son tan habituales en estos días para no perder el control y sufrir las consecuencias del alto valor calórico.
El primero es utilizar el agua para controlar tu comida. A veces tu cerebro confunde la sed con el hambre y te pones a comer sin freno cuando en realidad bastaría con un par de vasos de agua.
Beber uno por cada copa de alcohol también te ayudará a controlar la cantidad que bebes. Procura no quitarte la sed con alcohol.
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Por último, en la cena elige primero el alimento más saciante, como las verduras, carne y pescados.
Así te encontrarás lleno antes y tendrás menos ansia con los postres tan típicos de esta época.
Si además comes despacio, de forma tranquila, darás tiempo a tu cerebro para que le llegue la señal de saciedad y sabrás exactamente cuándo parar.
*Con información de La Razón de España
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