Imagina el panorama: Una noche cualquiera sales a celebrar; junto algunos amigos, visitas algún bar o centro nocturno del país para divertirte.
A mitad de la celebración comienzas a notar que algo pasa en tu cuerpo: tienes la boca seca, dificultad para hablar; sientes escalofríos, taquicardia, visión borrosa y somnolencia.
Despiertas al día siguiente, confundido. Estás en casa, pero rápidamente te das cuenta de que —en el mejor de los casos— te han robado: tu dinero, el celular, incluso contraseñas de tus cuentas bancarias y hasta de redes sociales.
¿Qué sucedió? Muchas personas que han pasado por una situación similar descubren que, probablemente, fueron drogados con alguna sustancia, como la escopolamina, popularmente conocida como "burundanga".
Utilizada en tratamientos médicos específicos, en países de América Latina se le conoce como "aliento del diablo" y es aprovechada como una droga de sumisión para cometer diversos delitos, principalmente en casos de abuso sexual, robos y secuestro, pues tiene la capacidad de inhibir el sistema nervioso y anular la voluntad de las personas.
El alcaloide presentado habitualmente como un polvo blanco, posee un sabor amargo, a veces insípido, sin olor y se absorbe principalmente vía oral o inhalado, por lo que puede pasar desapercibida al suministrarse en bebidas, alimentos, cigarrillos, inyecciones...
En cuestión de minutos, la persona que haya consumido escopolamina experimentará algunos efectos, como:
- Somnolencia
- Desorientación
- Alteraciones motoras
- Sensación de "cuerpo pesado"
- Pupilas dilatadas
- Taquicardia
- Pérdida de memoria.
En México, han sido recurrentes los casos de personas drogadas a través de las bebidas alcohólicas, como el más reciente en el restaurante-bar Hookah Santa Fe de la alcaldía Cuajimalpa, en la Ciudad de México, donde, presuntamente, una joven consumió sin su consentimiento escopolamina.
La mayoría de las drogas de sumisión son eliminadas por el organismo en menos de 12 horas, por lo que, en muchas ocasiones, análisis toxicológicos lanzaran resultados negativos. La única posibilidad para detectar alguna sustancia es con un examen capilar, que se realiza en centros especializados.
En México, la acción de agregar dichas sustancias a bebidas es conocida popularmente como “canasteo” y no es considerada un delito en nuestro ordenamiento jurídico.
Pese a la proliferación de crímenes relacionados con drogas de sumisión, lo que se persigue son los delitos posteriores, es decir: robo, violación, abuso sexual o cualquier otro, cometidos en aprovechamiento del estado en el que se encuentra la víctima. Sin embargo, la ley no tipifica la conducta de suministrar una sustancia o droga en forma autónoma.
Asimismo, es preciso advertir que, en ocasiones, quienes realizan éstos actos lo hacen con la complicidad de establecimientos. Todas éstas razones por las que algunos legisladores han señalado la necesidad de tipificar esta conducta y prever la responsabilidad de los negocios, en caso de comprobarse la anuencia.
Consejos para cuidarte ante sustancias similares:
Para evitar alguna situación que pueda poner en riesgo tu integridad y tu vida, te recomendamos salir de fiesta, a una cena o reunión, con un círculo de personas que sean de tu confianza y en lugares que conozcas, frecuentados y recomendados por ser “seguros”.
- No recibas bebidas ni aceptes sustancias de personas desconocidas
- Nunca pierdas de vista ni compartas tu vaso
- Asegúrate que lo que consumas sea servido o abierto en tu presencia
- Avisa dónde estás, con quien, y actualiza tu estado con frecuencia a una persona de confianza
- Si sientes mareos o dificultad para mantenerte de pie, pide ayuda a uno de tus acompañantes
- Si estuviste en contacto con una sustancia desconocida, lava la zona con abundante agua
- N es necesario acudir con objetos de valor, tarjetas de crédito o de débito; basta con llevar el dinero en efectivo necesario
Si consideras que en algún momento tuviste contacto con alguna sustancia desconocida, no olvides acudir con un médico, a un centro de salud o a un hospital para prevenir una intoxicación.
CEHR