Los síntomas de tos y resfriado suelen empeorar por la noche, lo que afecta el buen descanso, condición necesaria para una pronta recuperación, y aunque se pensará que se trata de tu imaginación, que al llegar la noche hay mayor presencia de tos, no es imaginación tuya. Esto se debe a varios factores, empezando por el ritmo circadiano, el reloj interno del cuerpo.
Uno de los factores para que se presente la tos nocturna, son los niveles de cortisol, y es que son más elevados por la mañana, lo que ayuda a suprimir la inflamación durante el día y, a su vez, mitigar los síntomas. Cuando los niveles de cortisol empiezan a descender por la noche, los síntomas pueden recrudecerse.
Otro factor que puede empeorar los síntomas de tos y resfriado por la noche es el llamado goteo retronasal, la mucosidad que empieza a acumularse en la parte posterior de la garganta cuando estás acostado.
Algunas medidas que ayudan a mejorar los síntomas de la tos y el resfriado durante la noche son:
- Beber más líquidos a lo largo del día para diluir la mucosidad y minimizar el goteo retronasal al acostarse.
- Tomar un baño caliente
- Utilizar un aerosol nasal de solución salina también ayuda a diluir la mucosidad.
- Poner un humidificador por la noche para mantener las fosas nasales hidratadas.
- Las investigaciones han demostrado que mantener las habitaciones con un nivel de humedad de entre el 40 y el 60 por ciento reduce la transmisión de virus respiratorios.
La tos es un acto reflejo protector cuya función es expulsar los cuerpos extraños o secreciones que puedan irritar los bronquios, tráquea o laringe como impurezas, gases, el humo del tabaco, los gérmenes, el aire excesivamente frío o caliente o trozos de comida.
“Winter is coming”, así es, el invierno está llegando, así que el descenso de las temperaturas marca el aumento de nuestras posibilidades de tener gripa y llegar al punto de la tos que “no deja dormir”.
Estas son otras formas de no adquirir tos en esta época invernal y son:
- Evitar la exposición al frío o lluvia en estas fechas.
- Lavarse las manos con frecuencia.
- Evitar el contacto, en lo posible, con una persona afectada.
- Ventilar bien la habitación de la persona que tenga el virus.
- Usar pañuelos desechables para evitar el contagio.
- Vacunarse de la gripe durante los meses previos.
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