Escapismo emocional

Síndrome de Houdini: ¿Qué es y cómo afecta la relación de pareja?

A veces parece que todo va bien en tu relación y de repente todo acaba, ante las miles de preguntas que surgen, podría haber una respuesta

El Síndrome de Houdini es un escapismo psicológico derivado de la evitación Freepik

Se acerca el 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad, muchas personas esperan con ansias esta celebración, pero algunas otras no quisieran que llegara debido a que tienen el corazón roto, sus planes se esfumaron cuando su pareja se fue sin dar mayor explicación, mientras se preguntan qué es lo que hicieron mal sin aparente respuesta, la ciencia indica que el problema podrían no ser ellas sino aquellos a quienes aman y el Síndrome de Houdini.

Este síndrome hace referencia a un mago muy famoso del siglo XIX, conocido como “maestro del escapismo”, Harry Houdini.

Psicólogos como Francisco Roballo y Bernardo Peña, de La mente es maravillosa y Mejor con Salud, definen el Síndrome de Houdini como un comportamiento de personas que suelen comprometerse rápidamente en una actividad o relación. Sin embargo, a mayor compromiso, mayor necesidad de escapar del mismo. Así, llega un día que simplemente desaparecen.

Para ellos, suele darse de forma progresiva, por fases: Se pasa de darlo todo a desaparecer, muchas veces incluso sin dejar rastro. La respuesta de huida emocional puede representarse de manera física o sentimental.

El Síndrome de Houdini es un escapismo psicológico; la huida es un mecanismo de evitación que se caracteriza por escapar para no afrontar lo que está pasando; evitando así la responsabilidad de responder ante la otra persona y ante su reacción
, explican.

El psicólogo Pablo Palmero, destaca algunas características del síndrome que él mismo denominó “de Houdini”:

• Dificultad para mantener relaciones sanas y duraderas, ya sea de amistad o amorosas.
• Tendencia a evitar sistemáticamente cualquier tipo de relación sentimental.

Por su parte, el artículo: ¿Qué es eso del Síndrome de Houdini? de Gaceta UNAM, menciona que este síndrome no está catalogado como tal en el Capítulo V de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Psiquiátrica Americana (APA), o en algún otro modelo psiquíatrico de clasificación abierto.

Ricardo Trujillo Correa, de la Facultad de Psicología de la UNAM, señala, citando a Fernando Savater, que “es una forma de no responsabilizarte de la vida propia”. Y añade: “a los seres humanos no nos gusta vincularnos hoy en día al otro”.

“El otro se vuelve redundante, una molestia, un exceso, y lo único que nos queda es eliminar de la ecuación esa alteridad mediante la prisa y la tecnología, y vincularnos únicamente a fenómenos que tengan un carácter positivo.

Lo cierto es que, para tener una relación profunda, en las múltiples modalidades existentes, requerimos un gran compromiso ético y estético que empieza con la capacidad de aceptar al otro en la espera, la contemplación e incluso el aburrimiento.”, concluye.

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