Las autoridades sanitarias de Zambia ya notificaron a la Organización Mundial de la Salud sobre un brote significativo de ántrax en seres humanos. Aunque se había referido que esta enfermedad no evolucionaba hacia un brote en animales o seres humanos, los más de 680 casos ya registrados en este país de África, nos ponen en una situación sin precedentes.
El mensaje de la OMS ha sido claro: se tiene que trabajar para frenar su expansión, todo desde el punto de vista preventivo. Hoy hablaremos sobre el ántrax y sus síntomas, para conocer un poco más sobre este padecimiento que tiene en alerta a las autoridades de salud en el mundo.
¿Qué es el ántrax?
El ántrax es una enfermedad infecciosa, provocada por la bacteria Bacillus anthracis. Aunque es poco común, como te comentamos al inicio de esta nota, sus síntomas son graves y tiene una alta tasa de mortalidad en caso de no ser tratado correctamente. Lo que hacen estas bacterias es formar esporas que les permiten sobrevivir en el medio ambiente por un largo periodo de tiempo.
Se transmite de animales a personas y sus hospedadores naturales son los rumiantes de ganadería como las vacas, las ovejas, las cabras y algunos animales de caza, como lo informan nuestros colegas de National Geographic. Hay tres formas que el ántrax tiene de manifestarse:
- Ántrax cutáneo: Te aparece una llaga que produce picazón y que cambia el color a negro. Hay dolor de cabeza, muscular, fiebre y vómitos.
- Ántrax gastrointestinal: Se presenta como una intoxicación alimentaria que empeora, produciendo dolor abdominal intenso, vómitos de sangre y diarrea intensa.
- Ántrax pulmonar. Se parece al resfriado común que evoluciona a dificultades respiratorias graves y shock.
¿Por qué causa preocupación en el mundo?
Para este año, la OMS notificó un brote significativo en seres humanos alcanzando los 680 casos en algo sin precedentes. En Zambia se registraron estos casos, debido al gran movimiento de animales y a la manipulación de cadáveres dentro del territorio y también con sus países vecinos.
Esto, evidentemente, supone un riesgo de propagación de las bacterias que causan el ántrax. Pareciera un padecimiento lejano, pero la OMS advierte que estas comunidades, cuya subsistencia depende precisamente de la actividad ganadera, podrían poner impedimentos al control de la enfermedad.
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