La segunda y última parte de este ensayo continúa la lectura de la narrativa de Jorge Ibargüengoitia. Es el turno de las tres novelas que concluyeron su obra, interrumpida por el desdichado accidente que lo privó de la vida en 1983. Lo muestran en pleno dominio de sus recursos literarios. El aguijón del humor no abandona la gracia, el juego, la ironía, la sonrisa, incluso ante las situaciones más atroces, en el reflejo hilarante de los prejuicios, las mezquindades de un mundoreconocible, aliado a la costumbre y la comedia de la estupidez humana, en todo su esplendor y su esperpento.
Los pasos de Ibargüengoitia
José Woldenberg
Sucede con los escritores que se vuelven imprescindibles: nunca faltan motivos para revisitarlos. En el caso de Jorge Ibargüengoitia (1928-1983), además de cultivar con generosidad el teatro y el periodismo —reunidos en volúmenes por demás disfrutables—, fue en la novela y en un libro de cuentos donde pareció alcanzar su expresión más hilarante y aguda. Sin ostentarse como un crítico literario, José Woldenberg recorre en dos entregas, como un lector puntual, los títulos de ese trayecto narrativo que brinda al autor un lugar privilegiado en la literatura mexicana: lo comunica y sintoniza con la historia, la vida cotidiana y los habitantes de un país que todavía se reconoce en sus páginas.
Los pasos de Ibargüengoitia
José Woldenberg