La contraseña pasó de moda; di hola a la identificación biométrica

larazondemexico

La contraseña de toda la vida ha pasado de moda. Dentro de poco, para estar seguros con nuestros dispositivos electrónicos, no tendremos que recurrir a esa odiosa combinación de cifras y letras, mayúsculas y minúsculas, signos de puntuación, exclamaciones, interrogaciones y demás caracteres imposibles de recordar.

Seamos sinceros, la contraseña podría ser fácilmente olvidada si no tuviéramos algunos cuidados como escribirla en un papel o en nuestra bandeja de entrada, repetir claves o recurrir a la cifra que jamás olvidaremos, la fecha de nacimiento. Nada que los hackers no puedan descifrar fácilmente.

Y aquí viene el problema. O los ciberdelincuentes son muy listos o nosotros muy confiados, o posiblemente las dos cosas, pero sufrir el robo de datos personales se ha convertido en algo cada vez más habitual.

El peligro de sufrir el robo de datos personales

El riesgo no es tanto sufrir esta incursión extraña en nuestra intimidad tecnológica, sino que en ocasiones ni nos damos cuenta de ello. Esto es lo que le ocurre al 89% de los usuarios, quienes no pueden asegurar no haber sufrido uno de estos delitos, según una encuesta realizada por la empresa Affinion.

De hecho, una persona tarda cerca de 5 meses en darse cuenta de que está siendo víctima del robo de identidad y en la mayoría de las ocasiones cuando detecta el uso ilícito de su identidad ya es demasiado tarde y solo le queda emprender acciones legales.

Además, el 54% de los que admiten haber recibido el último año un sms o e-mail fraudulento reconoce que no tomó medidas al respecto, según una reciente encuesta del CIS.

Los sistemas biométricos de identificación

La tecnología ha encontrado una alternativa de seguridad para estos problemas: los sistemas biométricos. Aunque ahora suene extraño, dentro de muy poco se convertirán en un método de identificación cotidiano. Y hay casi tantos sistemas de identificación biométricos como partes del cuerpo “únicas” podemos tener.

¿Qué es la tecnología biométrica? Según el Instituto de Ciberseguridad (INCIBE), es un método de reconocimiento de personas basado en sus características fisiológicas o de comportamiento que sigue los mismos patrones que el ser humano utiliza para reconocer a sus congéneres a través de su voz, su rostro o su forma de andar.

El más conocido, sin duda, es el de la huella dactilar, explotado hasta el cansancio por el cine y generalizado ya como puerta de acceso a los móviles, el cual tiene su origen en la década de los 70, cuando Shearson Hamil, una empresa de Wall Street, instaló Identimat, un sistema de identificación automática basado en este sistema que se utilizó para el control de acceso físico a instalaciones.

En los últimos años han surgido otros muchos sistemas biométricos de seguridad, como el reconocimiento facial y la biometría ocular o biometría del iris, posiblemente los más desarrollados.

Reconocimiento facial en los móviles

Este tiene muchas más aplicaciones además de prevenir el robo de datos personales, como la posibilidad de evitar que los menores compren alcohol o tabaco, ayudar a aquellos que sufren prosopagnosia (incapacidad para reconocer rostros conocidos, incluido el propio) o impedir que un conductor se duerma al volante al detectar el primer síntoma de fatiga.

En materia de seguridad electrónica, está ya implantado en el mercado de los teléfonos móviles (como el iPhone X de Apple o el Mate 20 de Huawei) o en un buen puñado de aeropuertos de todo el mundo.

El otro ejemplo de firma biométrica es la de los ojos, que según los expertos ofrece uno de los estándares de seguridad más altos ante un robo de identidad personal. Pero la investigaciones van más allá y ahora se está comenzando a trabajar en saber cómo utilizar los latidos del corazón, la voz o incluso las venas.

La “solución definitiva” en biometría

En el desarrollo de sistemas biométricos están ya trabajando tanto grandes empresas multinacionales como startups y laboratorios especializados en este campo. Un ejemplo de ello es la aplicación Biocryptology, que da acceso seguro a nuestras plataformas con identificación biométrica, y que ha sido recibida por la revista Forbes como la “solución definitiva” contra el fraude de identidad.

Esta herramienta encripta y almacena los datos de los usuarios en diferentes ubicaciones para que la información obtenida sea inútil en caso de que alguien quiera acceder a ella sin permiso.

Otro ejemplo de estas iniciativas es Electronic ID, una empresa con sede en Madrid que trabaja también con cerca de 40 grandes empresas. Ofrece como novedad la posibilidad de reconocer a distancia a las personas con el método de "confianza de identidad", a través de su propio móvil y sin necesidad de instalar ninguna herramienta.

La ventaja de estos sistemas de identificación biométricos frente a los tradicionales es, como destaca INCIBE, que presentan un nivel de exactitud mayor frente al fraude y la usurpación, lo que hace más difícil la suplantación de identidad en internet.

¿Cuál de estos será el sistema biométrico más seguro? Ya lo dirá la tecnología.dirá. Las investigaciones transcurren por caminos paralelos y a distintas velocidades, hasta llegar al mismo camino.

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