Ring, la compañía de seguridad en el hogar, realizó un estudio que devela que uno de los principales usos de las cámaras que instalan en los hogares mexicanos son para monitorear mascotas, debido a que, después de la pandemia por Covid-19, los peludos animalitos modificaron su comportamiento significativamente. En La Razón te detallamos todo lo que arrojó este estudio realizado por la empresa de tecnología en el hogar de Amazon.
El modelo de familia en la actualidad se ha modificado significativamente y cada vez es más común que la mascota tome un lugar primordial en el núcleo familiar. Estas nuevas prácticas se potenciaron durante la pandemia y han generado que entre algunos grupos se acuñen palabras —como “perrhijos”— para denominar a aquellos animalitos que han adoptado estos roles entre los humanos.
De acuerdo con una encuesta realizada por Ring, 34 por ciento de las personas en México adoptó un perro durante la pandemia.
El cariño y cuidado de las personas a sus “perrhijos” ha provocado que en los hogares se tomen precauciones para salvaguardar la integridad y salud de los peludos y traviesos compañeros, pues con la reapertura de oficinas y centros de trabajo su comportamiento cambió.
Desde que se ajustaron las medidas preventivas y las personas volvieron a trabajar de manera presencial, el 40 por ciento de los encuestados asegura haber notado un cambio en el comportamiento de sus mascotas. De entre todas las respuestas destaca la ansiedad por separación como uno de los principales problemas, con un 39 por ciento de incidencia.
Asimismo, el estudio reveló algunas de las medidas que los padres de los “perrhijos” toman para evitar travesuras. Entre las primeras opciones, se encuentra que las personas han optado por cambiar sus rutinas para pasar menos tiempo fuera del hogar, además de que han optado por comprar cámaras para vigilarlos e incluso hablarles desde la oficina.
Los encuestados revelaron que también han optado por contratar a paseadores de perros o visitar psicólogos de mascotas, así como dejarles la televisión encendida y llevarlos a un servicio de guardería. En los últimos dos lugares se encuentra la opción de comprarles juguetes especiales o peluches y dejar ropa con el olor de los padres, esto con el fin de reducir el apego.
El estudio también demostró cuáles son las principales travesuras cometidas por parte de los perritos durante la ausencia de sus dueños. De entre lo más mencionado se encontró orinar dentro de la casa, ladridos y llantos sin cesar y romper muebles o calzado, acciones provocadas por el estrés y la falta de atención.
Asimismo, en la lista de los “delitos” cometidos por los “lomitos” a puerta cerrada se suman peleas, cuando se tienen más de dos perros en casa, así como sacar los residuos de los botes de basura. De acuerdo con la investigación, alrededor del 54 por ciento de las y los mexicanos pasa más de ocho horas fuera, lo que vuelve un problema mayúsculo el contener a sus “perrhijos” y reducir los destrozos en casa.
“Las mascotas también son miembros de la familia, así que es normal que los dueños de las casas busquen que la tecnología en sus hogares contemple el bienestar de todos”, dijo Bruno DÁlleva, director de Ring para Latinoamérica, a través de un comunicado. Apuntó que la compañía se congratula de saber que las y los mexicanos procuran a sus mascotas: “Nuestras mascotas deben sentirse siempre seguras, cómodas y no deben quedarse solas por mucho tiempo”, concluyó.