Una fiesta en yate, donde amigos celebraron la despedida de soltero de uno de ellos, terminó como un naufragio, después de que el yate se hundiera por exceso de personas a bordo.
Esto ocurrió en Valencia, España, donde ocho amigos alquilaron un yate con cupo para nueve personas, pero tal restricción fue ignorada y decidieron subir a 12 trabajadoras sexuales para celebrar.
Al estar en alta mar, la embarcación empezó a hundirse, por lo que todos tuvieron que saltar al agua y esperaron a ser rescatados.
Nadie resultó lesionado, aunque el dueño del yate fue denunciado por la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante, pues se le considera culpable del hundimiento y que Salvamento Marítimo tuviera que actuar.
Ante ello, el propietario inició acciones legales contra el grupo de jóvenes que no tomo decisiones asertivas; los responsables deberán asumir tanto el costo del yate como el de la operación de emergencias.
Con información de Telemundo y Radio Fórmula
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