Con claros signos de tortura, el futbolista del Sao Paulo cedido al Sao Bento, Daniel Correa, fue encontrado el pasado 29 de octubre degollado y con lo genitales extirpados por un arma blanca.
Esa misma tarde fueron detenidas tres personas que podrían estar relacionadas con el homicidio: Edison Brittes Júnior, su esposa Cristiana y su hija Allana, quien invitó al futbolista a la fiesta de su cumpleaños número 18.
La fiesta se alargó hasta la madrugada, momento en que Correa envió una serie de mensajes a su mejor amigo. “Puedo dormir aquí. Hay varias mujeres durmiendo esparcidas por la casa”, dijo el futbolista.
"¿Él está dormido? No hay nada que hacer, te van a echar de la casa" y "te van a hacer mierda, el tipo va a llegar te va a llenar de golpes", es la advertencia que el amigo le hizo a Correa, quien no hizo caso.
Correa envió fotos de él junto a Cristiana, esposa de Edson Brittes, acompañada del mensaje “voy a comerme a la madre de la cumpleañera y el padre está aquí”. Aparentemente al momento de la fotografía Cristiana no estaba conciente.
De acuerdo con las investigaciones, correa fue sorprendido en la cama con Cristiana, hecho que generó gran molestia en Brittes, quien le propinó una fuerte golpiza para luego meterlo en la cajuela del vehículo que lo transportó al lugar donde fue hallado su cuerpo sin vida.
"Con certeza fue torturado porque recibió una paliza dentro de la casa y después le cortaron el cuello y le extirparon los órganos genitales", informó la Policía.
Se señala como presunto homicida a Edson Brittes, quien apareció en un video donde señala que "los medios han dicho muchas cosas. Mi esposa nunca tuvo nada con Daniel, mucho menos mi hija. Siempre hay rumores pero la verdad aparecerá. Fue cuando lo quité de encima de mi esposa, lo arrojé al suelo y evité que fuese violada por ese monstruo".
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