Un taxista circulaba en su coche a las 7 am de ayer (viernes 24 de enero) por la localidad irlandesa de Newcastle, cuando encontró a una mujer totalmente desorientada, por lo que la llevó al hospital de Tallaght.
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Cuando la policía recibió el aviso, dos agentes decidieron acudir a su casa de Parsons Court para ver si estaba todo bien. Cuando llegaron, una escalofriante nota colocada en la puerta adelantaba lo que encontrarían en el domicilio:
“No subas las escaleras, llama al 999 (emergencias)”
Los agentes de la policía de Dublín decidieron entrar en la vivienda y se encontraron una escena desoladora. Dos niños y una niña, de 4, 8 y 10 años estaban muertos.
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Acordonaron la zona de inmediato y llamaron a los forenses para que analizaran la escena. Las primeras impresiones es que los menores no murieron de forma natural y que pudieron ser drogados o envenenados.
La noticia cayó como un jarro de agua fría en la pequeña y tranquila localidad, donde, según publica “Mirror”, hay una sensación de horror e incredulidad tras el escalofriante nota y hallazgo.
La sensación entre los habitantes quedó ejemplificada con el testimonio de un vecino: “no parece real. Estamos temblando”.
El sacerdote de la iglesia, el Padre Kevin, envió un mensaje de solidaridad y rezó por los los niños y su familia: “Esta es la noche más triste. La noticia devastadora ha traído tragedia y oscuridad a nuestra comunidad”.
Con información de La Razón de España
jmg
