En Venecia, Italia, están regresando los visitantes luego de que la ciudad permaneciera cerrada por semanas ante la pandemia de COVID-19. Sin embargo, ahora uno de sus principales atractivos se enfrenta a un nuevo problema. Los turistas con sobrepeso han obligado a recudir el cupo en las góndolas para evitar que éstas se hundan.
"Es verdad que comparado con hace 10 o 15 años, los turistas pesan un poco más. A diferencia de un ascensor los gondoleros no cuentan con balanzas, por lo que la solución fue reducir el número de pasajeros", explica Andrea Balbi, presidente de la asociación de gondoleros de Venecia.
Ahora, los botes con capacidad de seis personas transportarán cinco, mientras los que tienen un cupo de 14, ahora llevarán 12 visitantes.
El presidente de la asociación de gondoleros sustitutos, Raoul Roveratto, señaló que cuando las góndolas tienen sobrepeso éstas comienzan a hundirse y entra el agua en el bote. “Avanzar con más de media tonelada de sobrepeso es peligroso”, advirtió.
Pero el sobrepeso de los clientes no es la única razón por la que han tomado esta medida. Las embarcaciones a motor han ido poco a poco ganando terreno por los canales de la ciudad, algo que desestabiliza a las góndolas, por lo que es conveniente reducir el peso de la mismas.
Luego de semanas de cuarentena, las góndolas reaparecieron en mayo en los canales de Venecia, principalmente para la transportación de habitantes de la zona, debido a la ausencia de turistas por la pandemia de COVID-19.
En ese periodo en que no había visitantes, las aguas se limpiaron y los animales como delfines y cisnes regresaron para nadar en Venecia.
