Una anciana de 75 años falleció a causa del COVID-19, vivía solamente con su empleada doméstica, quien aprovechó para ocultarle a los familiares de su patrona el deceso y así poder deshacerse del cuerpo y quedarse con la casa.
Los hechos ocurrieron en Leganés, España. La trabajadora originaria de Perú decidió incinerar el cuerpo de su patrona llamada Pilar, sin consultarlo con los hijos de la difunta y una vez hecho esto se instaló en la vivienda como la nueva dueña.
Una de las hijas de doña Pilar, Rosana, reveló que la empleada cambió a su nombre las boletas del agua y la luz. También puso a su nombre las pólizas de vida de los seguros de la anciana.
“Me gustaría saber qué pasó con mi madre esos días, yo también tuve coronavirus en esa época y estuve 30 días ingresada cuando nos enteramos de la muerte de mi madre, ya estaba incinerada”, señaló.
Rosana aseguró que su madre no murió en condiciones normales y que le gustaría saber lo que realmente pasó, incluso sugiere que la mujer peruana le pudo haber hecho algo para que la anciana muriera y quedarse con sus cosas.
La empleada llevaba trabajando desde febrero en casa de doña Pilar y solo estaba dos horas al día, donde no destinaba cuidados de enfermería sino solo limpieza.
En un video que se difundió en Internet se puede ver el momento en que la empleada es desalojada. El diario El Mundo confirmó que la mujer decidió abandonar por cuenta propia el inmueble, así mismo firmó un escrito en donde indica que renuncia al inmueble y a cualquier pertenencia del mismo; tras lo anterior, las cerraduras del lugar fueron cambiadas.
