La sonda Osiris-Rex de la NASA llegó al espacio para hacer contacto con un asteroide llamado Bennu. Se le considera el segundo más peligroso para la Tierra. El objetivo de la misión es tomar muestras de este cuerpo celeste para después analizarlas.
Tras arrojar nitrógeno comprimido a la superficie de Bennu, el brazo de la sonda tenía como misión recoger la muestra más grande de al menos 60 gramos con la que se pueda revelar los componentes originales del sistema solar.
“Aterrizaje confirmado”, dijo un locutor de la NASA a las 18:12, horas (22:12 GMT). Y añadió: “Muestreo terminado”, arrancando una ovación entre el equipo al final de esta operación de algunos segundos.
La histórica misión Osiris-Rex se completará cuando la nave traiga las muestras de regreso a la Tierra en 2023.
Jim Bridenstin, científico de la NASA celebró el éxito de recolectar los fragmentos del asteroide para que futuras generaciones lo puedan estudiar.
“Felicitaciones a todos… Estamos en camino de devolver la muestra más grande traída a casa desde el espacio desde Apolo. Si todo va bien, ¡esta muestra será estudiada por científicos durante las generaciones venideras”, dijo en su cuenta de Twitter.
La NASA, en su perfil de la misma red social, estuvo compartiendo videos del momento en que la sonda Osiris-Rex llegó hasta el asteroide Bennu.
Este cuerpo celeste es considera el segundo objeto más peligroso para nuestro planeta, solo por detrás del asteroide 29075 (1950 DA), según la escala de Riesgo de Impacto de Palermo.
Hará su máxima aproximación a la Tierra en el año 2135, fecha en la que estará más cerca que la Luna. Y en los años 2175 y 2199 habrá una probabilidad de impacto de 1 entre 2.700.
