El Halloween es una de las celebraciones favoritas en el mundo, sin embargo, su origen y significado vas más allá de los dulces y las fiestas con disfraces.
Halloween es la contracción de All Hallow´s Eve que significa “Víspera de Todos los Santos” y también conocida como la Noche de Brujas.
Su origen se remonta a un antiguo festival celta de hace más de tres mil años llamado Samhain que significa "Fin del verano" en irlandés antiguo. Duraba tres días e iniciaba el 31 de octubre, algunos historiadores dicen que era un tributo al “Rey de los muertos”.
La fiesta se celebraba en Irlanda cuando la temporada de cosechas llegaba a su fin y daba comienzo el “año nuevo celta” coincidiendo con el solsticio de otoño. Se creía que durante esa noche los espíritus de los muertos podían caminar entre los vivos.
Los antiguos celtas creían que, durante el Samhain, los espíritus buenos y malo podían cruzar al mundo de los vivos, por lo que usaban máscaras para ahuyentar a los malignos que trataran de acercarse a sus casas.
La costumbre era dejar comida y dulces afuera de sus casas en manera de ofrenda. Por otro lado, era común encender velas en las ventanas para ayudar a las almas de los muertos a encontrar el camino hacia la luz y descanso.
Con la llegada del imperio romano los Papas intentaron cristianizar el Halloween al cambiar la fecha del Día de todos los santos. Se celebraba en mayo pero la movió al 1 de noviembre.
El Halloween llegó a Estados Unidos durante la Gran Hambruna (1845-49) en Irlanda, ya que más de un millón de personas emigró a Estados Unidos.
Se llevaron consigo su historia y tradiciones, y no es coincidencia que las primeras menciones de Halloween en territorio estadounidense aparecieran poco después de ese éxodo.
