El rayo electrizante de AC/DC volvió a encenderse para marcar el inicio de un nuevo recorrido de la banda australiana sobre la “carretera al infierno” para llevar nueva música a los fanáticos del rock con un poderoso álbum, “Power up”, que se mantiene fiel a su sonido genuino que la hace identificable en todo el mundo.
En el trayecto la agrupación liderada por Angus Young se enfrentó a una serie de baches que parecían insuperables como la muerte del fundador Malcolm Young, los problemas auditivos del vocalista Brian Johnson, los conflictos legales del baterista Phil Rudd, y como consecuencia el alejamiento del bajista Cliff Williams.
Sin embargo, AC/DC logró surcarlos, recargar baterías echando un vistazo a los riffs inéditos que Angus y Malcolm habían creado en el pasado para retomar algunos y generar un nuevo álbum, un lujo que solo se puede dar una de las bandas más influyentes en el rock de alto kilometraje que tiene uno de los discos más vendidos de la historia de la música, “Back in black”, con más de 50 millones de copias.
Haciendo alarde hacia su historia y hacia su sonido característico, AC/DC presenta doce canciones en “Power up”, en un trayecto que ofrece pocas sorpresas en cuestión musical, pero con altas dosis de energía en la mayoría de las composiciones.
Arranca con “Realize”, el segundo tema revelado antes de que el disco completo viera la luz, que exhibe un potente riff de inicio acompañado por la imponente batería de Phil Rudd, la cual se destaca durante todo el tema, a la que después se le une la voz de Brian Johnson en unos coros que recuerdan a la canción “For Those About To Rock” de 1981.
El recorrido continúa con “Rejection”, que transcurre sin mayor novedad más que la de mantener el estilo de AC/DC. Sin embargo, después llega “Shot in the dark”, con más energía y con un coro realmente contagio que se queda guardado en la memoria aun después de que concluye la composición, no por nada fue lanzado como el primer sencillo de “Power up”.
El disco, producido por Brendan O’Brien, cambia de velocidad con “Through The mists of time”, deja de lado el toque electrizante para ofrecer una canción con un aire nostálgico en la letra que evoca a echar un vistazo a través del tiempo.
AC/DC vuelve a meter el acelerador en “Kick When you’re when down”, al igual que “Shot in the dark” posee un coro contagioso y explosivo, además de que destaca una figura en la guitarra que le da el toque diferente en comparación al resto de las canciones.
“Power up” mantiene el ritmo de energía, pero sin novedades en “Witch’s spell”, “No Man’s Land”, “System Down”, “Money Shot” y “Wild reputation”, en la que destaca el bajo de Cliff Williams.
Hasta que llega “Demon Fire”, tema en el que Brian Johnson sorprende al mostrar de manera única su voz grave e intercalarla con sus reconocidos tonos agudos que son parte de la esencia de AC/DC.
La banda australiana cierra su recorrido con “Code Red”, una canción relajada, pero con una melodía memorable para concluir el disco de su resurgimiento.
Por ahora, el trayecto termina aquí, pero parece que el camino aún es largo, pues AC/DC ha manifestado su intención de hacer una gira y presentar el disco en vivo, pero no en la “nueva normalidad”, los rockeros de la vieja escuela quieren conciertos a la antigua para vibrar junto a sus fans en el mismo lugar.