Su historia poco conocida

Día de Reyes: ¿Quién fue el cuarto Rey Mago y qué pasó con él?

El cuarto Rey Mago se llamó Artabán y llevaba piedras preciosas para ofrecerlas como regalo al niño Jesús; su misión se vio interrumpida por ayudar a otros

Artabán, el cuarto Rey Mago Foto: Especial

El Día de Reyes es uno de los más esperados por los niños para recibir juguetes de los tres Reyes Magos, sin embargo, la leyenda cuenta que había un cuarto Rey Mago llamado Artabán, que nunca llegó a su destino, pero, aun así, fue recompensado.

Artabán era un hombre de largas barbas que residía en el monte Ushita y junto a Melchor, Gaspar y Baltasar realizó planes para realizar el viaje en donde conocerían al Mesías y le entregarían sus respectivos regalos.

Los obsequios que el cuarto Rey Mago le llevaba al niño Jesús eran piedras preciosas: rubí, jade y diamante.

Sin embargo, en su camino hacia Belén el cuarto Rey Mago se encontró con un anciano enfermo, cansado y sin dinero que necesitaba de sus cuidados, por lo que Artabán sin dudarlo le ofreció su ayuda.

Después de ofrecerle su apoyo, Artabán continuó su camino a Belén para ver al niño Jesús, sin embargo, cuando arribó se encontró con que el niño Jesús ya había nacido y sus padres habían huido rumbo a Egipto, escapando de la matanza de infantes que había ordenado Herodes.

Artabán estaba siendo testigo de la masacre y una impotencia terrible le crecía en el pecho. Fue hasta que vio cómo un soldado estaba a punto de fusilar a un pequeño, cuando le ofreció al militar una de las joyas —el rubí— a cambio de la vida del niño. No obstante, el jefe del soldado se dio cuenta del trato y encarceló a Artabán, quien permaneció preso cerca de 33 años.

El cuarto Rey Mago salió de prisión viejo, ciego y apunto de morir, llegó al monte Gólgota donde crucificarían a un hombre que decían era el Mesías enviado por Dios para salvar al mundo.

Mientras observaba el tumulto de gente, Artabán alcanzó a ver que una mujer era llevada a la plaza en donde sería vendida como esclava para liquidar la deuda de su padre; por lo que no dudo en entregar el último rubí que quedaba en su bolsa a cambio de la libertad de la mujer.

Sin ningún objeto de valor y sin la misión de haber ido a ver al Mesías, el cuarto Rey Mago fue golpeado por una roca que lo dejó casi muerto, entre su agonía escuchó una voz que le dijo: “Todo lo que hiciste por los demás lo has hecho por mí, pero hoy estarás conmigo en el reino de los cielos”.

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