La muerte de Lara Arreguiz, una joven de 22 años, en la ciudad de Santa Fe, Argentina, expuso en sus redes las dificultades que atraviesa el sistema sanitario de su país, donde desde hace más de una semana se habla de colapso ante la falta de camas de terapia intensiva para atender pacientes contagiados por COVID-19.
La joven estudiante de veterinaria que era insulinodependiente, murió el viernes. Su madre publicó la foto de su hija acostada en el suelo de un hospital mientras esperaba para ser atendida.
(Lara) Me dijo que quería acostarse y le pregunté al de seguridad si podía recostarse en una camilla del pasillo, pero nos dijo que no.Claudia Sánchez, madre de Lara
El jueves 13 de mayo, la joven había sentido los primeros síntomas similares a los del COVID. Al siguiente día el malestar fue mayor.
Al notar que su estado de salud empeoraba, el domingo la familia decidió llevarla al hospital Protomédico, según contó su madre.
Nos dijeron que podía ser COVID, pero que en ese momento no tenían los medios para atenderla y nos mandaron a casaClaudia Sánchez
El lunes 17 volvieron al lugar, donde le realizaron placas y le recetaron antibióticos, pero volvió a sentirse mal en su casa, por lo que decidieron llevarla al hospital Iturraspe.
La madre de Lara denunció que estuvo horas desesperada, esperando en el pasillo del nosocomio.
Ante la insistencia y la desesperación de su madre, Lara por fin fue ingresada a una parte acondicionada para pacientes con COVID. Cuando iban a trasladarla en ambulancia Sánchez pudo tener el último contacto con su hija.
Un día después la glucemia estaba controlada, pero surgieron complicaciones con su cuadro respiratorio ya que los pulmones estaban afectados severamente por el virus. La trasladaron a una cama de terapia intensiva y el viernes a la madrugada, después de sufrir tres paros cardíacos, falleció.
Sus padres no tienen sospechas de cómo pudo contagiarse. Vivía sola y no salía demasiado. Unos días antes de sentir los primeros síntomas había empezado a ir a un gimnasio.
Su madre dijo esperar que la historia de su hija “sirva para que con la próxima Larita tengan más consideración”.
JLE