Para muchos, comer saludable no es nada sencillo, en muchas ocasiones se debe a la falta de conocimiento sobre cuáles son los alimentos esenciales en una dieta balanceada. Sin embargo, en el mercado hay una gran variedad de productos, que benefician el organismo humano.
Es verdad, que las frutas y verduras son alimentos sumamente nutritivos, pero también existen otras especies que complementan la alimentación. Por ejemplo, en el campo de las leguminosas, el frijol es uno de los productos que dan una gran diversidad de platillos acompañados de una buena dosis de bienestar.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), existen alrededor de 150 especies de frijol en todo el mundo. Lo interesante, es que en el territorio azteca se encuentran aproximadamente 70 clases de esta leguminosa.
Inclusive, se ha hecho mención que investigaciones han confirmado, que el frijol era cultivado en Mesoamérica, hace 8,000 años. Ante su antigüedad se considera que era uno de los alimentos principales de la dieta básica de las culturas indígenas.
Desde entonces, y hasta la fecha, los frijoles se han vuelto un alimento fundamental en la dieta de millones de mexicanos. La mayoría de los alimentos tradicionales de la República Mexicana, poseen este emblemático producto, sin embargo su sabor no es su única ventaja, puesto que gracias a sus propiedades puede brindar bienestar.
¿Por qué consumir frijoles?
El frijol es un cultivo tradicional de México, y la producción que se hace de esta leguminosa, incluye una variedad de dicha especie, puesto que se pueden encontrar negros, amarillos, blancos, morados, bayos, pintos y moteados.
Cabe resaltar, que no importa que especie de frijol sea tu favorita, puesto que todas gozan de una riqueza de nutrientes. Por un lado, se caracterizan por tener una buena cantidad de carbohidratos completos. No obstante, es una fuente de vitaminas del complejo B.
Además, el frijol también destaca por su gran contenido en tiamina, riboflavina, niacina, ácido fólico, hierro, magnesio, potasio, zinc, calcio fósforo y tiamina.
Cada uno de los componentes del frijol tiene una función que ayuda a que el organismo se encuentre estable. En el caso de la fibra, esta ayuda a reducir los niveles de colesterol.
Pero en enfermedades más agravantes, este tipo de leguminosas, principalmente los frijoles negros y morados, funcionan para proteger las células del daño oxidativo, ya que contienen fitoquímicos. Por lo tanto, contribuyen a la prevención de algunos tipos de cáncer en órganos, tales como el colón, hígado y mama.