Exorcismos reales no son como los pinta Hollywood, dice

Exorcista da su testimonio: 'Nos gustaría que el demonio no existiera, pero existe'

Un sacerdote cuenta su experiencia practicando exorcismos; explica qué se requiere para realizar este rito y cómo saber si una persona está poseída

Un sacerdote cuneta como ha sido su experiencia realizando exorcismos y qué se requiere para saber si una persona está poseída.
Un sacerdote cuneta como ha sido su experiencia realizando exorcismos y qué se requiere para saber si una persona está poseída. Foto: Desde la Fe

En la religión católica, los sacerdotes fungen como guías espirituales y líderes religiosos en sus comunidades. Esto implica celebrar misas, realizar bautismos, bodas, funerales, dar los sacramentos, escuchar confesiones y ofrecer consejo y apoyo a los fieles, pero también existe otra labor no tan común que deben hacer: los exorcismos.

Tarea que no es fácil, según explica el padre y exorcista Eduardo Toraño, quien desde hace una década se dedica a enfrentar casos de supuestas posesiones demoníacas para la Archidiócesis de Madrid.

En una entrevista televisiva, el sacerdote señala que el rito del exorcismo siempre ha sido un tema controvertido para la sociedad e incluso para algunos miembros de la propia Iglesia, quienes aseguran que el demonio no es real.

"Nos gustaría que el demonio no existiera, pero existe", destaca el sacerdote Eduardo Toraño al recordar las palabras del Catecismo repetidas por el papa Francisco con frecuencia: "Cuando el padrenuestro dice 'líbranos del mal', no es una abstracción, el mal es un ser personal".

Bajo ese argumento, afirma que el demonio obra por dos acciones: La más común, por medio de la tentación, una forma de inducir a las personas al mal y que las lleva a cometer pecado.

Y la otra, la más extraordinaria: La de la posesión física, que es cuando el ente maligno hace un daño en el plano psicofísico.

Un exorcista cuenta que el demonio actúa de dos formas: la primera por medio de la tentación y la segunda y la más extrema, a través de la posesión física.
Un exorcista cuenta que el demonio actúa de dos formas: la primera por medio de la tentación y la segunda y la más extrema, a través de la posesión física.

¿Cómo puede una persona saber que está poseída? 

El padre Toraño detalla que practicar un exorcismo es un tema complejo y delicado, pues para llegar hasta este punto primero se debe distinguir si la persona está realmente poseída o padece una enfermedad mental que le hace actuar de esa manera.

Una vez descartado que sea un problema de salud mental, remarca que las personas poseídas suelen tener síntomas como:

  • La infestación (ruidos no naturales, cuestiones externas).
  • La vejación (que afecta al cuerpo).
  • La obsesión diabólica (que afecta a la mente).

Los exorcismos, explica el sacerdote, son una acción sacramental; una oración de bendición que se otorga a la persona para que se vea acompañada, consolada y, en los casos en los que el rito lo requiere, una forma para que el demonio salga de la persona.

Exorcismos reales no son como los pinta Hollywood

El padre Toraño menciona también que hay una idea alejada de la realidad en cuanto a los exorcismos debido a cómo suelen ser representados en las películas de Hollywood.

Y es que los exorcismos no son tan rápidos y fáciles como es mostrado en las películas, pues la duración del rito depende de la persona, la reacción y la gravedad de la posesión.

"El elemento principal es pedir a Dios la liberación de la persona a la que se le realiza el exorcismo, con la intercesión de la Virgen María y de los santos. La otra parte, es la exhortación al demonio para que salga de la persona, con la Liturgia de la Palabra y las letanías", dice el sacerdote, quien añade que todo esto requiere un proceso de conversión y sanación que no sucede de un día para otro.

La duración de un exorcismo depende de la persona, la reacción y la gravedad de la posesión; en este rito, el elemento principal es la petición a Dios de ayudar a la persona poseída.
La duración de un exorcismo depende de la persona, la reacción y la gravedad de la posesión; en este rito, el elemento principal es la petición a Dios de ayudar a la persona poseída.

"Pueden ocurrir cosas extraordinarias o llamativas, y de hecho ocurren, pero lo importante es la acción y el poder de Dios en esa oración. No hay que concebir los exorcismos como algo mágico", concluye.

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DAN

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