La tradición de las doce uvas en Nochevieja surgió en España, cuando en en 1880 la alta burguesía implementó la costumbre francesa de festejar Navidad con fiestas privadas.
Dicha tradición se extendió a las familias de escasos recursos y se le atribuyó el significado de que cada una de las uvas es un buen deseo para cada mes del año.
Según National Geographic el 2 de enero de 1894, El Siglo Futuro en un artículo titulado "Las uvas bienhechoras" señaló: "La imperecedera costumbre de comer las uvas al oír sonar la primera campanada de las doce, tenía reunidas en fraternal coloquio á infinidad de familias, y todos a coro gritaron: ¡Un año más!".
Un excedente de la cosecha de este fruto en Alicante provocó que los productores intentaran aumentar las ventas de la fruta, por lo que se les atribuyó que significan "buena suerte", en 1909, que fue el momento en el que se comenzaron a consumir a fin de año de manera internacional.
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