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Diversa Cultura

Diversa CulturaFoto: Jack Mitchell, H Daneel Olivaw / Wikimedia Commons, Invest In History Co y Slowking / Non commercial
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DEUDAS

Mi padre tenía deudas fenomenales. Pedía dinero prestado cada vez que podía y pagaba sus deudas sólo cuando era estrictamente necesario. Para él no significaba nada gastarse la renta del mes una noche antes de que se venciera el plazo. Yo vivía lleno de miedo hacia nuestros caseros, en tanto que él, aparentemente, nunca se preocupaba. Nos encontrábamos después del trabajo y él sugería que cenáramos en un restaurante francés, y yo me resistía sabiendo que planeaba gastarse el dinero de la renta. Describía los platillos y los vinos que podríamos comer con una minuciosidad tentadora, mientras yo seguía recordándole lo de la renta. Con lentitud, casi con esfuerzo, me explicaba, como si yo fuera un débil mental, que uno nunca debe preocuparse por el futuro. Nunca volveremos a ser tan jóvenes como somos esta noche, decía. Si somos listos —y lo somos— mañana idearé cómo pagar la renta. Al final, quien podía negarse. Yo nunca pude. 

Charles Simic, El flautista en el pozo. Ensayos escogidos 1972-2003, selección, traducción y prólogo de Rafael Vargas, Ediciones Cal y arena, 2011.

Charles SimicFoto: Slowking / Non commercial

CULTO JAPONÉS

[…] Se dice a menudo que el sintoísmo tiene millones de dioses (kami), que se manifiestan en árboles, montañas, ríos, animales o humanos. La palabra también puede traducirse como “espíritu”. El culto de espíritus de la naturaleza y de los antepasados ha desempeñado un papel principal en el sintoísmo desde los tiempos en que Japón era una sociedad agrícola […] 

Según la mitología japonesa, en tiempos primitivos estaba la pareja divina Izanagi (él) e Izanami (ella), que bajó del cielo y parió primero las islas japonesas y luego el resto del mundo y todo lo que hay en él, y por fin una serie de kamis. La más importante era la diosa del sol, Amaterasu. Los demás kami se establecieron en la tierra y fueron padres de los primeros seres humanos. Pero la sociedad de los humanos necesitaba orden y dirección, y por esa razón el nieto de Amaterasu fue enviado a la Tierra. Uno de sus descendientes se convirtió en el primer emperador de Japón. De modo que todos los japoneses son de origen divino, y ante todo el emperador, que desciende directamente de la diosa del sol. 

Jostein Gaarder, Victor Hellern y Henry Notaker, El libro de las religiones, Siruela, 2009.

JapónFoto: Invest In History Co

EL OCASO 

[…] Todo lo que he buscado en la vida, yo mismo dejé de buscarlo. Soy como alguien que busca distraídamente lo que, en el sueño en medio de su búsqueda, olvidó qué era lo que buscaba. Se vuelve más real que la cosa buscada ausente el gesto real de las manos visibles que buscan, revolviendo, descolocando, ordenando, y existen blancas y alargadas, con cinco dedos cada una, exactamente. 

Todo lo que he sido es como este cielo alto y diversamente igual, jirones de nada tocados por una luz distante, fragmentos de falsa vida que la muerte dora desde lejos, con su sonrisa triste de verdad absoluta. Todo lo que he sido, sí, ha sido el no haber sabido buscar, señor feudal de pantanos al atardecer, príncipe desierto de una ciudad de tumbas vacías.

Todo lo que soy, o lo que fui, o lo que pienso que soy o que fui, todo eso se pierde de repente —en estos pensamientos míos y en la pérdida súbita de luz de nube alta—, el secreto, la verdad, la ventura tal vez que pudiera haber en no sé qué que tiene por debajo la vida. Todo eso, como un sol que nos falta, es cuanto me queda, y sobre los altos tejados, de diversas maneras, la luz deja caer sus manos resbalando, y queda a la vista, en la unidad de los tejados, la sombra íntima de todo. 

Vaga gota trémula, clarea diminuta a lo lejos la primera estrella. 

Fernando Pessoa, Libro del desasosiego, trad. Perfecto E. Cuadrado, Acantilado, 2013.

FLORES VOLANTES

Para el extraño visionario Rudolf Steiner, las mariposas son flores volantes. Una especie de último estadio de la flor que se aligera y emprende el vuelo.

¿La humanidad oruga va a convertirse en mariposa? ¿Emprenderá algún día, también ella, el vuelo?

—Sí −responde este autor.

La humanidad se aligerará. La antigua maldición de la gravedad cesará y la tierra, la materia, se convertirá en “éter”. El ser humano tendrá unas alas multicolores y nos convertiremos también en “flores volantes”. 

Érik Sablé, La sabiduría de los pájaros, trad. Manuel Serrat Crespo, El Barquero, José J. de Olañeta, Editor, 2002.

Mariposa ojos verdesFoto: H Daneel Olivaw / Wikimedia Commons

FLORES VOLANTES

Para el extraño visionario Rudolf Steiner, las mariposas son flores volantes. Una especie de último estadio de la flor que se aligera y emprende el vuelo.

¿La humanidad oruga va a convertirse en mariposa? ¿Emprenderá algún día, también ella, el vuelo?

—Sí −responde este autor.

La humanidad se aligerará. La antigua maldición de la gravedad cesará y la tierra, la materia, se convertirá en “éter”. El ser humano tendrá unas alas multicolores y nos convertiremos también en “flores volantes”.

Érik Sablé, La sabiduría de los pájaros, trad. Manuel Serrat Crespo, El Barquero, José J. de Olañeta, Editor, 2002.

DOS ENORMES EGOS

Truman Capote se unió a la gira [de Exile on Main Street] en Kansas City y no podía resultar más apropiado, porque A sangre fría, su obra maestra sobre el absurdo asesinato de la familia de un ranchero, estaba ambientada en Kansas. Capote se hacía compañía de una de sus amigas de la sociedad neoyorquina, la princesa Lee Radziwill, diseñadora de interiores y hermana pequeña de Jacqueline Onassis. Era la fan más distinguida que había pisado el camerino de los Stones, aunque Keith incurrió en un delito de lesa majestad al dirigirse a ella llamándola “princesa Raddish”. 

Capote recibió un tratamiento VIP que le diferenció de los demás reporteros: viajó en el avión privado de la banda, subió a las limosinas, contempló los conciertos desde un lugar de privilegio en los hombros del escenario. Pero su relación con Mick no mejoraba. No contribuyó a ello que muchas veces el gran autor llamara “Beatles” a los Stones y que no ocultara que su líder le parecía “un niño asustado, muy lejos de casa”. “Me parece que Truman nunca se tomó el reportaje demasiado en serio”, recuerda Chris O’Dell [la ayudante personal de Mick]. “Era muy burlón con todo el mundo.” Finalmente, Keith respondió con una de esas bromas pesadas que solían ocurrírsele en las juergas que seguían a los conciertos: parodiando la matanza de la Familia Clutter en A sangre fría embadurnó de kétchup la puerta de la habitación del hotel de Capote.

El escritor no llegó a entregar su artículo a Rolling Stone. La gira, protestó, no había sido tan interesante como esperaba (a cambio Andy Warhol le entrevistó, y le preguntó por qué no había “excitado su imaginación”). Posteriormente, los comentarios de Capote sobre Mick en las tertulias televisivas fueron mordaces, pero no del todo inexactos: “[No se puede establecer] un paralelismo de ningún tipo entre Jagger y Sinatra […] Mick no tiene más talento que una especie de insólito asombro […] Eso de ser unisex es más bien ausencia de sexo. Créame, es más o menos tan sexy como un sapo meando […] Supongo que sería un buen hombre de negocios. Tiene esa capacidad para concentrarse en los recibos de la luz en mitad de ‘Midnight Rambler’, mientras azota el escenario con el látigo”. 

Philip Norman, Mick Jagger, trad. Amado Diéguez, Anagrama, 2014.

Truman CapoteFoto: Jack Mitchell