a

Practica senderismo, buceo o surf

Colombia, un oasis natural entre playas, montañas y bosques

El país tiene una rica biodiversidad; inicia la travesía en Santa Marta para después recorrer el histórico Parque Tayrona y la playa Mendihuaca, donde se conjuntan varios ecosistemas

Cabo San Juan tiene rocas volcánicas ancestrales.Foto: Adriana Góchez, La Razón
Por:

En Santa Marta, Colombia

Colombia es un país megadiverso, ya que 10 por ciento de la biodiversidad del planeta se encuentra aquí, de acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza, lo cual lo vuelve un oasis natural para todo viajero.

Para conocer un poco de la riqueza natural de esta nación, el punto de partida es Santa Marta, una ciudad que cuenta con una riqueza cultural e inolvidables paisajes, como sus playas que contrastan con el blanco de la Sierra Nevada.

La primera parada es el centro de Santa Marta, donde se encuentra la Quinta de San Pedro Alejandrino, monumento nacional y última morada del libertador Simón Bolívar, donde es posible conocer sobre la historia de este destino, en el cual, el cultivo de plátano es esencial, en varios de los platillos que se comen, tanto los tradicionales como las fusiones con cocina internacional, no puede faltar, ejemplo de ello es la sierra frita acompañada además con arroz de coco y ensalada.

La Palma de Cera es nativa de los bosques montañosos.Foto: Adriana Góchez, La Razón

El recorrido continúa en la Basílica de Santa Marta, que se caracteriza por su arquitectura colonial de color blanco. Caminar por el Parque de los Novios, el Parque Bolívar o visitar el Museo del Oro son otras opciones para conocer más acerca de la ciudad. Además de realizar un paseo en lancha por el puerto y admirar los bellos atardeceres que ofrece el lugar.

Para sumergirse de lleno en la imponente naturaleza colombiana, el Parque Tayrona es la segunda parada, ya que en sus 12 mil hectáreas hay matorrales, bosques secos, húmedos y nublados, formaciones coralinas, praderas de pastos marinos, playas, manglares y praderas de algas.

Para visitar este histórico lugar, declarado Reserva de la Biosfera y patrimonio arqueológico, existen dos opciones, contratar un tour o hacerlo por cuenta propia, en ambas lo ideal es llegar muy temprano o pasar la noche ahí.

Cabo San Juan es una de las playas más visitadas en el parque.Foto: Adriana Góchez, La Razón

Para llegar a la primera playa, Arrecifes, realizamos una caminata de cerca de 20 minutos, por la vasta vegetación del Parque Tayrona, los sentidos están estimulados, principalmente la vista y el olfato, pues durante el recorrido se pueden admirar distintos tipos de árboles y plantas, algunas despiden ricos olores que hacen especial la travesía.

Arrecifes es una playa salvaje que se caracteriza por sus aguas turquesas y arena blanca, las cuales contrastan con el verde del bosque. Aquí no es posible nadar; sin embargo, si caminamos 30 minutos más, encontraremos La piscina, una playa tranquila en la que al llegar sentirás que has llegado al paraíso después de un recorrido que implicó subir o bajar por terracería entre la vegetación.

Playa cristal resalta por estar entre una extensa vegetación.Foto: Adriana Góchez, La Razón

En este lugar se puede tomar un descanso tomando el sol, nadando un poco o comiendo algunos de los ricos platillos que se ofrecen en los restaurantes que hay, aunque la recomendación es alimentarse con algo ligero para continuar la travesía hacia Cabo San Juan, la playa más emblemática del Parque Tayrona, donde la arena blanca y las rocas volcánicas ancestrales son un deleite para la vista.

Aunque existen otras playas como Boca de Saco, que es nudista, o Playa Brava, ésta última es ideal para acampar disfrutando de la naturaleza, otra parada obligada es Playa Cristal para practicar buceo o snorquel. A ésta se puede llegar en barco desde Tanganga o Santa Marta. Otra opción es Bahía Concha, donde además de disfrutar del paisaje, se recomienda comer un exquisito pescado a las brasas.

Isla Barú es otro destino y se ubica a 45 minutos de Cartagena.Foto: Adriana Góchez, La Razón

Para volver el mismo día, se aconseja salir de cualquiera de las playas a las 15:00 horas para caminar de regreso a la entrada del parque. Para disfrutar más de este bello oasis es posible pasar la noche aquí.

Para continuar descubriendo la majestuosidad de la naturaleza de Colombia, otro lugar que exploramos fue la playa Mendihuaca, adelante de la entrada de Parque Tayrona y frecuentada por aficionados del surf por su fuerte oleaje. Impresiona desde su llegada, porque para estar frente al mar es necesario caminar o rentar una moto pasando entre vegetación.

Al llegar quedas cautivado, porque se conjuga una vista sin igual: la arena divide el mar y el río Mendihuaca, éste último nace en la Sierra Nevada de Santa Marta, por lo que se mezcla con la abundante vegetación. Para los expertos nadadores están las aguas salvajes y para quienes prefieren descansar y relajarse está el río, el cual es posible recorrer en kayak para dejarse sorprender en este rincón que tiene la fortuna de no ser tan visitado por el turismo masivo.