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Urgencia por plantas

Suelo inteligente es la tecnología ideal

Científicos de la Universidad de Texas, desarrollaron un tipo de suelo que no sólo aumentaría la productividad de la cosecha, sino también sería amigable con el medioambiente

Los científicos lograron aumentar con el hidrogel 138 por ciento las plantas.Foto: Especial
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Cuando pensamos en tecnología lo hacemos relacionado a gadgets o incluso a implementaciones en la ciencia, en la electrónica. La agricultura no queda fuera de este campo. Recientemente, científicos de la Universidad de Texas, desarrollaron un tipo de suelo que no sólo aumentaría la productividad de la cosecha, sino también sería amigable con el medioambiente.

En caso de que se siguiera desarrollando este suelo inteligente, cerca de 735 millones de personas podrían ser alimentadas, lo que representa casi 10 por ciento de la población en el mundo. Está hecho de hidrogel fertilizante de autoirrigación y de liberación lenta, el cual mejora el crecimiento de las plantas a través de un suministro que se controla, sí, pero que se autosostiene con agua y nutrientes.

Los científicos lograron aumentar con el hidrogel 138 por ciento más la longevidad de las plantas que fueron enraizadas en ese suelo inteligente. Con esta tecnología, se podría ahorrar 40 por ciento de agua, pues provoca que la tierra retenga el líquido de una manera más eficiente y, posteriormente, la libera de manera gradual.

Urgencia por plantas. Uno de los argumentos de los científicos por desarrollar este tipo de tecnología en el suelo es que a medida que el cambio climático empeora, la población crece y el agua escasea. Tan sólo en el “Informe sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo”, elaborado por la UNESCO este año, la actividad agrícola consume 70 por ciento de agua dulce en el mundo.

En China, por ejemplo, en lugar de comenzar con una solución que involucrara a la tecnología o a la Inteligencia Artificial, lo que hicieron fue comenzar la viabilidad de agricultura en condiciones extremas.

Para ello, se les ocurrió cultivar arroz en el desierto. Esta práctica, indican, provocó que la cosecha de arroz sólo les llevara dos meses, reduciéndose a la mitad el ciclo de su cultivo.