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Netanyahu acusa acto unilateral

Israel da pausa en Gaza; lucha en Rafah sigue

Vocero del ejército en Tel Aviv, Daniel Hagari, anuncia ayuda humanitaria, pero niega cambios a la ofensiva; premier evidencia choque con tropas, no siempre lo respaldan

Decenas de desplazados en Gaza se unen en una oración a las puertas de una mezquita destruida, ayer.Foto: Reuters
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El ejército de Israel adelantó una estrategia de pausa táctica para acelerar la ayuda humanitaria en Gaza, acto que celebran actores mundiales, al tiempo que aumenta la división interna por una guerra sin fin.

Ante la presión mundial por un alto al fuego, las Fuerzas de Defensa (FDI) confirmaron un cese de toda la actividad militar en busca de facilitar el ingreso de convoyes con alimentos, medicinas y otros insumos para los desplazados, limitado a una ruta y horas específicas.

Según informes de la prensa local, la interrupción será por 11 horas al día —entre las 08:00 y las 19:00 horas— en la carretera que conecta el corredor Kerem Shalom, cerca de la frontera, con Khan Younis, una ruta de 12 kilómetros, mientras sigue la persecución de Hamas.

Las tropas aclararon que la medida no implica el fin de sus operaciones en Rafah, ya que ésas sólo acabaron al desmantelar a la resistencia yihadista; incluso, el vocero militar, Daniel Hagari, informó que “los combates continúan”.

En su cuenta de X, descartó cambios en el comercio de mercancías, pues la apertura sólo es para la “ayuda humanitaria”, lo que recuerda que la negociación en la que participan mediadores de la región no ha rendido frutos para concretar el sí a una tregua de seis semanas que planteó Estados Unidos a cambio de la liberación de 116 rehenes secuestrados.

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Ello representa que las ofensivas se mantendrán hasta dar con los perpetradores de la masacre del 7 de octubre de 2023, pues se sospecha que se esconden entre civiles en la frontera con Egipto, sitio en el que presuntamente tienen a los secuestrados y contrabandeaban armas para combatir contra soldados israelíes.

Pero en la región surgen dudas sobre cuánto tiempo durará el plan, pues pese al respaldo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el primer ministro, Benjamin Netanyahu, descalificó la pausa al acusar públicamente que fue una decisión unilateral.

El líder ultraderechista, que ha rechazado ceder en las demandas del rival, recriminó la medida “inaceptable” y dijo que se enteró por las noticias y no por su ejército, lo que evidencia tensiones y diferencias. Expuso que las tropas no lo apoyan en todo al declarar que sus órdenes “no siempre han sido aceptadas por los militares”, de acuerdo con una publicación de Europa Press, lo que reivindica que hay sectores inconformes.

Pero no sólo es la milicia, sino su gabinete, opositores y familias de rehenes que exigen garantías sobre el retorno de los cautivos, pues sostienen que un acuerdo es la única vía para que regresen, por lo que mantienen bloqueos carreteros, pues no confían en más rescates; en tanto, aliados del premier, como el ministro de Seguridad, Itamar Ben-Gvir, tachó de “tonto” a quien dio la orden de aplicar las pausas, pues es como anticipar su derrota.

Esa tensión se suma la decisión de la Corte israelí de detener la investigación por las fallas políticas y militares que derivaron en el peor ataque al pueblo judío, hecho que critican por sepultar los errores, y la advertencia del ejército de que Hezbolá, en Líbano, podría arrastrar a Medio Oriente a una escalada, como anticipó recientemente la ONU al advertir que cualquier “error de cálculo” detonará más combates.