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El Bayern frena la racha blaugrana

TIEMPO DE COMPENSACIÓN

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El Bayern Múnich venció dos a cero al Barcelona de Xavi en el regreso de Robert Lewandowski al Allianz Arena, en la segunda fecha de la Champions League. Fue un encuentro de ida y vuelta lleno de ocasiones.

El primer tiempo fue dominado por los culés a través de los jóvenes en la medular, con Pedri constantemente apareciendo en el mediocampo, un Gavi hiperactivo y desequilibrante. Raphinha y Dembelé comenzaron siendo amenazantes desde las bandas, pero se fueron opacando en el transcurso del partido.

Mucho del peligro que lograron causar los dirigidos por Xavi fue a partir de la presión alta desde un rombo que han venido trabajando a lo largo de la temporada. Esto causó que los bávaros comenzaran a apostarle a despejes más largos, donde la defensa blaugrana ganó sus duelos individuales, dejando a los de Nagelsmann sin opciones en la salida.

Sin embargo, el primer tanto del Bayern vino a partir de un claro error de marcaje en pelota parada, aprovechando la oportunidad y desmoralizando a un Barca que le estaba jugando al tú por tú.

Fue evidente que el declive de los de Xavi fue más anímico que futbolístico, pues el segundo tanto de los bávaros se derivó de un par de errores claves en la presión y en el marcaje, que fueron aprovechados a la perfección por Leroy Sané.

También cabe recalcar que la zaga del Bayern logró resistir el bombardeo inicial del Barcelona, con actuaciones brillantes de los laterales limitando a los usualmente desequilibrantes extremos culés, pero principalmente el partido de Dayot Upamecano frente a Lewandowski fue lo más destacado.

A pesar del mediocre comienzo en liga, el Bayern se mantiene como candidato principal en Europa, incluso sin Lewandowski. El esquema de Nagelsmann los convierte en una escuadra para competirle a cualquiera, permite que se involucren todos en el ataque a partir de un intercambio posicional constante.

Los culés dan señales de ser un equipo dominante en ciertas etapas del funcionamiento. Sin embargo, estos encuentros entre gigantes se definen por la capacidad de aguantar los golpes, es ahí donde se mantienen muy verdes.