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Adiós al sexagenario, hola sexalescencia

HABLANDO DE DERECHOS

Jacqueline L'Hoist Tapia
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Recientemente ha surgido un nuevo concepto para identificar a cierto grupo sociodemográfico con características muy específicas que ha estado rompiendo estereotipos.

Estamos hablando de la “sexalescencia”, que es una etapa en la que personas de 60 años y más, lejos de relegarse al típico estilo de vida estigmatizado socialmente para las personas “adultas mayores”, incluso nómbrales como “abuelitos” aunque no lo sean, este nuevo concepto les visibiliza como personas económicamente activas, colaboradoras con la sociedad, manejan la tecnología como cualquier joven, viven su sexualidad en plenitud, les importa su salud y su imagen al ser personas modernas, progresistas y con ganas de seguir disfrutando de la vida, de aprender, de viajar y conocer gente nueva, reconocen su edad como un mero trámite de la vida, pero que no les encajona en el “deber ser”.

Tratándose esto de un nuevo fenómeno cultural, no podemos dejarlo pasar sin antes analizarlo con perspectiva de género, ya que la “sexalescencia” también traerá consigo desafíos específicos para cada género. Las mujeres, por ejemplo, podemos dejar de enfrentar la presión para cumplir con estándares de belleza irreales, como no querer verse “vieja”, y la menopausia deja de ser un símbolo de minusvalía, mientras que los hombres pueden dejar de sentirse obligados a seguir reprimiendo sus emociones y dejar de ser proveedores para disfrutar de sus logros.

En México existen más de 8 millones de mujeres que tienen 60 años o más, esto representa casi el 6.5 de la población total. Por otro lado, tenemos que el 41% de las personas de 60 años y más son económicamente activas. Esto nos arroja un panorama donde podemos vislumbrar que una gran parte de la población femenina podría estar atravesando la “sexalescencia”.

Desde mi punto de vista, la “sexalescencia” implica el derribamiento de los estereotipos, porque no sólo se está acabando con el estigma de la persona adulta mayor, que se vuelve obsoleta, que deja de trabajar y que por lo mismo se vuelve una persona dependiente.

Así que adiós al sexagenario y bienvenida a la mujer “sexalescente”, quien es ejemplo de esos estereotipos que le impedían ser libre, y en donde eso del nido vacío le viene mejor que nunca, vivió el feminismo, está llena de vitalidad, exige sus derechos, muchas de ellas son ahora las mujeres exitosas en profesiones que sólo eran para hombres, son empresarias y han incursionado en la política, hoy en México dos de ellas buscarán la Presidencia de la República.