a

El despertar acaba en las urnas

SIN MIEDO

Josefina Vázquez Mota
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El despertar ciudadano comenzó hace meses cuando quisieron destruir el Instituto Nacional Electoral (INE), y hoy nada ni nadie lo detiene.

Estoy segura de que esos miles de personas que acudieron a las diversas plazas en las entidades del país, incluido el Zócalo capitalino, irán a las urnas a demostrar que la ciudadanía ha despertado y está lista para ponerle fin al autoritarismo.

“Hay que mover almas”, decía nuestro fundador Manuel Gómez Morín, y eso fue justo lo que vi el pasado domingo en un Zócalo vestido de rosa. Hoy esas palabras resuenan más que nunca.

Así que no tengo duda de que el cambio se dará, de que México votará por la verdad, la vida y la libertad. Y porque Xóchitl Gálvez será la primera Presidenta de nuestro país.

Si hay algo que logró este gobierno de cuarta, fue unir los corazones de miles de ciudadanos, nos sacó del letargo y nos llevó a las calles para defender nuestra democracia.

Es con nuestro voto como echaremos abajo el autoritarismo y al presidencialismo exacerbado que hoy vivimos con este régimen. Por eso es indispensable votar el 2 de junio.

La verdadera encuesta es la que haremos los ciudadanos con nuestro voto. El arroz aún no se coce, ni siquiera está en su primer hervor. Mienten los que dan todo por sentado, los que afirman que la elección ya está definida.

Hoy el llamado es a salir a votar, tomar las urnas para hacer el cambio, hacer del 2 de junio una fiesta democrática. Faltan tan sólo dos semanas para hacer valer nuestro derecho al voto.

El despertar ciudadano debe reflejarse en las urnas, debe pasar de las calles a las boletas, sólo así las puertas de Palacio Nacional estarán abiertas para todas y todos, ya lo dijo Xóchitl.

Que nada ni nadie los desanime queridos lectores. En la elección del 2 de junio está en juego nuestro sistema democrático, nuestro presente, nuestro futuro, y el de miles de generaciones.

El cambio de rumbo está en nuestras manos, en nuestro voto. Hagamos de nuestro país una mejor nación, sin odio, sin violencia, sin polarización, sin un Palacio Nacional cerrado a la ciudadanía. Hoy como nunca vayamos a las urnas a defender nuestra democracia y a votar con fuerza y corazón por México.