Claudia Sheinbaum, las señales

Decía Michael Rocard, el experimentado político francés, que en lo que respecta al ejercicio del poder presidencial hay dos grandes momentos: nombrar a los colaboradores, con la posibilidad de delegar, y ejercer los recursos.

La virtual Presidenta, Claudia Sheinbaum, mandó un mensaje claro de que la preparación y experiencia serán características de su equipo.

Hay una relativa continuidad, porque la mayoría de los próximos secretarios colaboraron también en el Gobierno del Presidente López Obrador, pero lo interesante y relevante, es cómo se están acomodando las piezas.

Se fortalece el mensaje de tranquilidad para los sectores empresariales, pero esto lejos de ser una sorpresa, es más bien un rasgo de quienes gobiernan desde diciembre de 2018, ya que no hay planes de cambio en el sistema económico, no habrá reforma fiscal, y quienes se han beneficiado de ese esquema lo seguirán haciendo.

La próxima Presidenta de la República sabe que hay nubarrones en el horizonte por lo que puede significar el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca en noviembre, pero tendrá a Juan Ramón de la Fuente encargándose de la política exterior y a Marcelo Ebrard en la Secretaría de Economía, aunado ello, por supuesto, al previo anuncio de la continuidad de Rogelio Ramírez de la O, en Hacienda.

Rosaura Ruiz Gutiérrez, quien tiene una añeja relación con Sheinbaum, que proviene de la UNAM, e inclusive del movimiento estudiantil agrupado en el CEU en los años ochenta.

Ruiz Gutiérrez tendrá la encomienda de construir una nueva secretaría, que provendrá de lo que ahora es el Conahcyt, pero sobre todo tendrá que reparar los destrozos que generaron las persecuciones contra científicos.

Alicia Bárcena, la actual canciller, en la Secretaría de Medio Ambiente, estará en posibilidad de encarar, con seriedad, los desafíos del cambio climático.

Julio Berdegué es un experto en los temas agrarios, su llegada a Agricultura sí puede significar un cambio profundo.

Ernestina Godoy, la exfiscal de la Ciudad de México, es quizá el anuncio más polémico de esta primera tanda. Ojalá que su llegada a la Consejería Jurídica no signifique que continuará el encono y sí permita dar orden a un área indispensable para el buen funcionamiento de la Presidencia de la República.

En términos generales, sería absurdo regatear méritos a quienes entrarán en funciones el 1 de octubre; el problema, sin embargo, está en otro cuadrante y es el político, el que tiene que ver con los pesos y contrapesos, con la calidad de la democracia mexicana. La muestra más nítida de estas tensiones se encuentra en la Reforma al Poder Judicial, pero vendrán otras.

Las incógnitas sobre esa otra faceta del gabinete se despejarán pronto, quizá el próximo jueves, cuando se anuncien a los titulares de las secretarías de Gobernación y Seguridad Pública, dos aristas centrales para vislumbrar la verdadera marca de Sheinbaum y su mandato.