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La sorpresa ucraniana: invadir Rusia en verano

EL ESPEJO

Leonardo Núñez González
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Ningún ejército extranjero había puesto sus botas y avanzado en el territorio de Rusia desde la Segunda Guerra Mundial, hasta que el martes de la semana pasada Ucrania lanzó una inesperada campaña en que cruzaron la frontera norte en la región de Kursk con un contingente militar importante y, hasta el momento, han avanzado más de 10 kilómetros en territorio ruso, sorprendiendo a propios y extraños.

El avance de las tropas ucranianas se dio de manera rápida, inesperada y muy efectiva. A diferencia de episodios anteriores, en que Ucrania ha atacado desde la distancia objetivos militares estratégicos dentro de Rusia o que habían apoyado pequeñas operaciones alrededor de la frontera, en esta ocasión se ha lanzado una ofensiva robusta, encabezada por la 22ª Brigada Mecanizada y la 82ª Brigada de Asalto Aéreo. Éstos son dos de sus cuerpos mejor preparados y entrenados por la OTAN, además de equipados con las múltiples piezas de tecnología militar moderna que han recibido de sus aliados, como los tanques Leopard y Abrams, los misiles ATACMS que pueden alcanzar con precisión de centímetros un objetivo a 300 kilómetros o los aviones cazas F-16 que recientemente comenzaron a operar.

Este movimiento militar de Ucrania cambia de manera importante el escenario, pues desde que comenzó la guerra hace ya lejanos dos años y medio, todo el conflicto se había mantenido dentro de las fronteras ucranianas para resistir la invasión ilegal que lanzó Rusia en febrero de 2022. Igualmente, las fuerzas de la OTAN mantenían resistencia a que sus equipos fueran usados en territorio ruso por miedo a una escalada peligrosa con una potencia nuclear. Hoy todo ha cambiado.

En unos cuantos días los ucranianos han avanzado dentro del territorio ruso y han tomado control de alrededor de 135 kilómetros cuadrados, que es parecido al tamaño de las alcaldías Iztapalapa y Benito Juárez juntas. El tamaño es poco comparado con la inmensa cantidad de territorios que Rusia sigue controlando en Ucrania, pero es más que toda la tierra que han logrado arrebatarle a Ucrania durante 2024 en la terrible carnicería que se ha convertido el frente de batalla y que ya ha costado la vida de más de medio millón de rusos.

Las intenciones finales de este avance ucraniano son todavía inciertas, pues el mensaje del presidente Zelenski al anunciar la operación fue en términos de acciones justas de guerra: “Rusia trajo la guerra a nuestra tierra y debería sentir lo que ha hecho”, pero no de objetivos militares claros. Todavía es incierto si tienen planeado avanzar más, si tratarán de defenderse ante la esperable respuesta rusa para mantener lo ya ganado o si sólo buscarán provocar al enemigo para retirarse más adelante y dar pie a otros ataques en la frontera para obligar a Rusia a mover su ejército. En cualquier caso, hoy Ucrania ha recuperado la iniciativa en la ofensiva y obligará a Putin a reaccionar, pues perder un pedazo de la madre patria es algo intolerable para él, lo cual puede llevarlo a tomar decisiones erráticas o con consecuencias inesperadas. Si Ucrania tiene éxito, podría tener una herramienta impensable de negociación para recuperar parte del territorio que le han despojado: un pedazo de Rusia ganado durante el verano.