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Mauricio Leyva

Lo Prohibido

FRONTERA DE PALABRAS

Mauricio Leyva
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
 
Por:

Las penas también salen por los pies.

Lo Prohibido, Rodolfo Soto.

Lo Prohibido es una de las nuevas y atrevidas producciones de Fragmentos, la escuela de Capacitación Artística Integral de mayor prestigio en Guerrero y la cual ha tenido de la mano de Héctor Mújica y Marina Alsar una presencia descollante en la vida cultural en Acapulco, lugar en donde se ubica actualmente y escenario para la proyección de esta obra del dramaturgo y actor Rodolfo Soto.

De inicio el título invita al juego mental y a pensar en las tentaciones que nos rondan en los callejones del alma. Sin embargo, el planteamiento en sí mismo parece el de un hombre común, el de la vida de Genaro interpretado por el propio Rodolfo Soto, un contador y padre de familia decente que cumple y se ajusta al prototipo del deber ser que el canon social marca. Lleva una vida perfectamente común, trabaja duro, se esfuerza, es incapaz de romper sus códigos morales. Las cosas funcionan de una forma en la que le resultan y repite ese sistema una y otra vez de la misma manera en la que el mundo replica las cosas que no se atreve a cambiar hasta que Diego (interpretado por Diego Villaseñor), un joven practicante, llega a la oficina de Genaro. La juventud de Diego, su ímpetu y audacia, confrontan poco a poco los principios de Genaro y van sacando del pozo de los años, los deseos y los demonios que el protagonista había guardado en el sótano de la infancia.

Conforme la trama avanza, pasa del ambiente común de una oficina burocrática a lo místico y erótico del baile flamenco en donde la tía Denise, personaje de la magnífica bailarina Marina Alsar, reina en un ambiente enigmático en donde se conjugan el misterio y la sensualidad para después, en interesantes giros dramáticos, llevarnos a un parque que la mente misma transforma en paisajes que son espejos de las pasiones, senderos de provocaciones y vuelos de pasiones reprimidas. Y es en esos espacios fuera de lo común en donde Genaro va rompiendo los grilletes de sus cadenas, en donde se va aceptando a sí mismo a medida que cuestiona su historia de vida. Este cambio no pasa desapercibido en casa, Lorena, su esposa (quien cobra vida en la actuación especial e inolvidable de Geraldina Pérez), y Genarito, su pequeño hijo (en la interpretación del prometedor Mateo Rubio), detectan sus cambios y en los diálogos nos brindan el cuadro completo de la psicología del personaje. Mérito especial merece la actuación de Carlos Alvarado en el personaje de Iván, cuñado y amigo de Genaro, quien lo hace entrañable para el público y figura también Carlos Vargas, el Barman silencioso de la historia que se vive.

Los cambios de tiempo son constantes, vertiginosos como la obra misma, la resolución escénica que Héctor Mújica logra con Rodolfo Soto dota de mayor vitalidad y potencia a la solidez de un guion bien hecho. La puesta en escena surge en un contexto pertinente, establece una crítica dura a la sociedad que señala lo diferente, es un juicio interior hacia el hombre mismo que sin saber en qué momento, comienza a responder a las convenciones que dicta la sociedad reprimiendo su naturaleza.

Lo Prohibido reivindica a Acapulco como un lugar cultural en donde ocurren cosas buenas y de profundo calado. Estará disponible los sábados y domingos en el Estudio C-Salón Denise Tarriba durante el mes de julio. Fragmentos y su equipo de producción han hecho esta apuesta a Lo Prohibido que habrá de remover sus emociones.