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Mónica Garza

Esposas niñas, madres niñas… niñas muertas en vida

GENTE COMO UNO

Mónica Garza 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Hace unos días me puse a nadar en las nostalgias de mis fotografías familiares más viejas y caí en cuenta de lo mucho que el mundo ha cambiado en relativamente pocos años, y con ello la mirada ante una historia que me contaron, con el romanticismo de una tradición familiar que hoy puede resultar perturbadoramente incómoda.

Encontré la fotografía de bodas de mis abuelos maternos, de 1932, y el acta de matrimonio donde consta que mi abuelo tenía 26 años y mi abuela sólo 15. Entonces volví a mirarla, en su vestido de novia que parece salido de un cuadro de Tamara de Lempicka, y me percaté —como nunca antes— de su cara de niña y su estatura aún incompleta.

Esta vez me horroricé un poco. No me fue suficiente el hecho de que “antes era lo normal”, ni recordar la versión romántica que mi abuela siempre me contó de esa historia, en la que su padre libanés autorizó esa boda de su hija-niña, con el prometedor médico de Guadalajara que llegaba para ejercer en aquella Reynosa de principios de los años 30.

Yo sólo veo su cara regordeta de niña, que posa para la cámara como “disfrazada” de novia y poco sonriente… Se convirtió en madre por primera vez a los 16, luego a los 17, y sólo su cuarta hija nació después de cumplir los 21 años.

Nunca antes me había estremecido esa fotografía como esta vez, quizá porque lo que “antes era normal”, hoy puede ser un imperdonable delito.

El 2020 nos abrazó con la pandemia del Coronavirus y bajo sus faldas proliferó el matrimonio infantil, que el año pasado registró el mayor incremento de casos. En promedio, 22 uniones de niñas y adolescentes cada minuto.

México ocupa el octavo lugar en América Latina, en mujeres casadas o en uniones, antes de cumplir los 18 años, de acuerdo al Fondo de Población de Naciones Unidas, pese a que en 2019 fueron prohibidos estos casamientos.

El año pasado, al menos 9 mil 876 niñas de entre 10 y 14 años fueron madres, principalmente derivado de uniones forzadas y violaciones, según el reciente informe del Consejo Nacional de Población. De estos casos el 98.1 por cierto tenía entre 13 y 14 años, mientras que el 1.9 por ciento restante, eran niñas de entre 10 y 12 años.

En total se contabilizaron 373 mil 761 nacimientos de madres de 15 a 19 años y se estima que la cifra aumentará 30 por ciento, lo que representa cerca de 28 mil embarazos.

Las estadísticas de Conapo señalan que la quinta parte de las mujeres se casan antes de los 18 años en nuestro país y en un análisis realizado por el Instituto de las Mujeres se destaca que Guerrero, Chiapas, Tabasco, Campeche y Michoacán, son las entidades con mayor índice de matrimonios de mujeres menores de 18 años con porcentajes que van desde el 37.7% al 45.6%.

al Unicef estima que, sin medidas globales, en 2030 más de 120 millones se habrían casado antes de cumplir 18 años.Foto: Especial

Esto se intensifica en las localidades rurales donde se presenta casi el doble de los casos que en las ciudades; además, el problema se agudiza entre mujeres indígenas ya que el 46.5 por ciento se casan antes de cumplir la mayoría de edad.

Las consecuencias del matrimonio infantil son mucho más profundas que simplemente un embarazo no deseado. Niñas y adolescentes que tienen uniones tempranas quedan altamente vulneradas en su salud física y mental; además en riesgo de sufrir violencia y más cuando están con personas de mayor edad.

La Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, apunta que las mujeres que se casaron siendo menores de edad sufren 49% más violencia física, 68% más violencia sexual y 16% más violencia económica.

La deserción escolar es otro de los daños colaterales de los matrimonios infantiles, y lo veremos con mayor claridad con el ansiado regreso a clases, y las estadísticas que estaremos revisando en solo unos meses.

Porque uno de los daños que más se palpa, es la perpetuación de los estereotipos de género y la idea de que las mujeres le “pertenecen” al hombre con el que se casan, incluso si ese hombre es su agresor, explotador o su asesino.

Hoy el matrimonio infantil es una violación a los derechos humanos que sigue gozando de la distracción de la ley, cobrando factura a millones de niñas que viven en pleno siglo XXI la “normalidad” de un matrimonio desequilibrado, fuera de tiempo y una maternidad, cuando su estatura aún está incompleta…como mi abuela en 1932.