a

Mónica Garza

Ahora sí… ¡Recemos!

GENTE COMO UNO

Mónica Garza
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Naranja y rojo son los colores con los que la aseguradora International SOS identifica las zonas de nivel medio y alto de inseguridad para los turistas dentro del Mapa de Riesgos de Viaje en el mundo. 

Y son esas precisamente las tonalidades con las que está identificado nuestro país en ese atlas, que desafortunadamente en los últimos días lo ha confirmado, en una de las épocas más importantes en materia de turismo.

Esta Semana Santa, desde su inicio ha estado marcada por la violencia en sitios que difícilmente hace algunos años nos hubiéramos imaginado que serían escenario de semejantes hechos.

Comenzó el lunes pasado, alrededor de las 10 de la mañana en Cancún, que recibió la primera semana de vacaciones a balazos en el Bulevar Kukulcán, con un saldo de 4 personas muertas.

“No eran visitantes, turistas o extranjeros” se apuraron a aclarar las autoridades locales, quienes señalaron a las víctimas como trabajadores de la zona, que estarían relacionados con actividades ilícitas.

Como si eso minimizara lo sucedido en el antes hermoso puerto del Caribe, que hoy recibe a sus visitantes con la presencia de fuerzas armadas, más armadas que nunca, y que no son la mejor combinación para las famosas arenas blancas.

Porque los balazos fueron a plena luz del día, en la avenida más importante del puerto más importante del Caribe Mexicano.

Es decir, eso ya se les salió de las manos, tal como desde hace un año se anticipaba que sucedería.

Héctor Elías Flores Aceves, alías El 15 ya tiene precio sobre su cabeza, tasada por la fiscalía de Quintana Roo, que ofrece 1 millón de pesos a quien dé información sobre su paradero.

Cancún solía ser uno de los destinos más valiosos para los turistas nacionales y extranjeros anualmente. Y hablo en pasado porque cada vez se irán alejando más de sus hermosas aguas turquesa. La incontenible violencia lo ha contaminando todo. ¡Qué dolor!

Mismo escenario en Acapulco el pasado 3 de abril, donde la popular y familiar playa Caleta fue víctima de un ataque armado, donde murieron 4 personas, entre ellas un menor de edad.

Turistas disfrutan de las playas de Cancún durante esta Semana Santa.Foto: Cuartoscuro

Eso habla de que se han roto todos los códigos en el bello Puerto y ya no hay prácticamente nada intocable. Las imágenes son estremecedoras…

Y 8 mil elementos de la Guardia Nacional, destinados a cuidar playas y puntos clave para el turismo en esta Semana Santa, no fueron suficientes para evitar semejantes escenarios.

Y si eso pasa en las perlas de arena de nuestro país, ¿qué podíamos esperar en zonas rojas como Tamaulipas?, donde la balacera se desató el martes en la autopista de Nuevo Laredo y llegó hasta la zona urbana del municipio.

Mientras tanto otro fuego cruzado se registraba en Morelia, Michoacán, en una zona residencial donde dos elementos de las fuerzas armadas perdieron la vida.

Pero el miércoles Puebla se llevó los reflectores con otra balacera, sin muertos pero con tres lesionados, entre ellos dos adolescentes.

Esa especialmente piadosa entidad que es tan visitada, sobre todo por turistas del centro del país y que espera una derrama económica de hasta de 900 millones de pesos para esta temporada.

En Morelos, donde solía estar la “eterna primavera mexicana”, medios locales contabilizan hasta 17 asesinatos en lo que va de esta semana, entre hallazgos de cuerpos sin vida y enfrentamientos armados.

Una zona donde cientos de vacacionistas también se han visto afectados por bloqueos en las vías que llevan a la entidad, atrapados en cuellos botella en vialidades principales de ingreso.

Previo al inicio de la Semana Santa 2023, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo advertía ésta como “la mejor temporada” pues se visualizaban más de 160 mil millones de pesos en derrama económica, recibiendo a 11 millones de turistas.

Y si bien es cierto que hay miles de familias a las que los balazos no les harán interrumpir sus vacaciones pagadas con toda antelación —y seguramente con mucho esfuerzo—, también es verdad que en muchos casos estarán vulnerados irremediablemente.

Ahí está nuestro verdadero Viacrucis, el que estamos recorriendo los mexicanos para intentar salir de estos “días de guardar”, sin quedar como uno más en la estadística de la nota roja…