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Nuestra indefensión ante el clima

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Nos gusta pensar que estamos seguros y en control de nuestra vida, pero esto no es así. Las fuerzas de la naturaleza llegan y nos regresan la humildad perdida. Hundimientos de barcos históricos, huracanes devastadores, sequías que nos ponen de rodillas pidiendo agua e incendios forestales que consumen las casas, la naturaleza es imparable cuando decide mostrar su poder y nuestra pequeñez.

Existe un debate sobre si la frecuencia e intensidad de estos fenómenos catastróficos ha aumentado a causa del cambio climático. Hay evidencia científica suficiente para pensarlo considerando los ciclos climáticos cada vez más cortos, la extinción de especies y los récords que se rompen en temperaturas extremas, sequías e inundaciones. Sin embargo, la inacción y la falta de voluntad política muestran que no sólo hay líderes que dudan de esta realidad, sino que algunos deciden ignorarla por darle prioridad a sus agendas inmediatas.

Las recientes inundaciones en Rio Grande do Sul, Brasil, son una muestra de cómo el destino de millones de personas puede verse afectado de la noche a la mañana. Millones, sí, porque dicha inundación ya está mostrando el impacto que tendrá en la economía de todo Brasil e incluso en el precio internacional de productos de la región.

Según la BBC, la evaluación de MB Asociados es contundente al mostrar que la economía de la región afectada se contraerá 2% en lugar de crecer 3.5%, un diferencial alarmante que también tendrá su efecto nacional al reducir 0.5% el estimado de crecimiento brasileño. Además de las 149 muertes registradas, la inundación afectará el PIB, las cuentas públicas y al sector agrícola ya que Rio Grande do Sul representa 12.6% de la producción brasileña.

La región venía arrastrando un par de años de sequía que afectó las cosechas, ahora las lluvias torrenciales han hecho que la recuperación no llegue. Y lo peor, se pronostica que el próximo año regresará la sequía, lo que nos lleva a cuestionarnos si esa región podrá seguir siendo uno de los centros agrícolas más importantes de Brasil o si el cambio climático cambiará radicalmente su fisonomía.

Este tipo de fenómeno se está presentando en diversas regiones del planeta. En nuestro país las sequías, las olas de calor y las lluvias torrenciales amenazan el futuro de la población. Incontables personas sienten que su destino está fuera de su control y que en cualquier momento un fenómeno climático, como lo fue Otis, puede llegar a devastar todo por lo que han luchado por generaciones. No estamos preparados y no nos estamos preparando para esto. Y más aún, nuestros gobernantes no están tomando las acciones necesarias dejando atrás sus intereses particulares para pensar seriamente en el futuro de la humanidad.