Dibujos y manuscritos inéditos del reconocido escritor Franz Kafka recientemente fueron liberados de manera digital por la Biblioteca Nacional de Israel. Documentos históricos que el autor de “La metamorfosis” pidió que se quemaran tras su muerte, pero que hoy son joyas a las que puede acceder cualquier persona.
La preciada colección está compuesta por 120 dibujos y más de 200 cartas que Franz Kafka dirigió al escritor Max Brod, entre ellas el documento original del testamento en el que pidió a su amigo que quemara todos sus escritos, según explicó a AFP, Stefan Litt, conservador a cargo del proyecto.
Entre los documentos están, por ejemplo, el borrador en el que se confirmaba la estancia de Kafka, en un sanatorio, cuando estaba enfermo de tuberculosis; partituras musicales y fotografías. Además de textos donde el autor reflexiona acerca de su vida.
Uno de los apartados más sorprendentes es el dedicado a las notas donde Kafka escribió las impresiones de un viaje que hizo con Max Brod, entre el 26 de agosto al 8 de septiembre de 1911; además de pequeños bocetos de dibujos.
El archivo liberado se divide en tres bloques, uno que compila diversos manuscritos; otro sobre cartas escritas por Kafka y el dedicado a sus dibujos. De éstos últimos destacan el de una figura femenina que en la esquina tiene el nombre de Martha Löwi, quien era prima del escritor. Hay también en estos bocetos hombres bailando o tomando una copa.
Los archivos se pueden consultar en la página web de la Biblioteca Nacional de Israel. No es necesario un registro.
¿Cuál es la historia detrás de los archivos de Franz Kafka?
Como se sabe, el escritor Max Brod fue encomendado por Franz Kafka para quemar todos sus manuscritos, dibujos y cartas; sin embargo decidió no cumplir esta última voluntad del autor y a partir de junio de 1924 se dedicó a recopilar materiales en distintos lugares y publicó algunos de ellos.
Una parte de ellos los devolvió a los herederos de Kafka en 1960, los cuales se conservan en la Biblioteca Bodleiana de Oxford, y los que conservó son los que hoy forman parte de la Biblioteca Nacional de Israel, institución que los recibió entre 2016 y 2019.
AG