En un extraordinario acto de solidaridad con el único volante afroamericano de la NASCAR, decenas de pilotos empujaron el auto perteneciente a Bubba Wallace al frente de la largada de la carrera , al mismo tiempo que agentes del FBI investigaban quién colocó una soga de horca en su garaje el fin de semana.
Wallace quedó visiblemente emocionado al finalizar en la 14va posición, luego de estar por momentos entre los cinco primeros, estrechando las manos de un grupo de aficionados, la mayoría de ellos afroestadounidenses.
La serie de stocks quedó conmocionada e indignada por el acto de racismo, acaecido apenas dos semanas después de que se prohibió el despliegue de la bandera confederada en sus instalaciones, a instancias de Bubba. NASCAR prometió expulsar de por vida a la persona responsable, pero la investigación se encuentra en una fase inicial.
Wallace, de 26 años, fue rodeado por los otros 39 pilotos que compiten en la Cup Series, la máxima categoría de NASCAR, poco antes de la largada. Los mecánicos de los equipos se unieron para marcha por la pista, empujando el número 43 al frente.
Al finalizar el emotivo momento, el piloto estadounidense salió de su automovil y rompió en llanto.
rmp