Después de pasar el fin de semana avivando el divisionismo, el presidente Donald Trump arremetió el lunes contra el único piloto afroamericano de NASCAR, Bubba Wallace, y criticó la decisión de la competición de automovilismo de prohibir la bandera confederada en sus carreras y sedes.
Fomentando las tensiones raciales, Trump acusó erróneamente a Wallace de perpetrar “un fraude” después de que un miembro de su equipo descubriera una soga atada a manera de horca en un garaje que le había sido asignado al piloto.
Las autoridades federales determinaron el mes pasado que la cuerda había estado colgada ahí desde octubre del año pasado y no era un caso de delito de odio.
“¿Ha ofrecido disculpas @BubbaWallace a todos esos grandiosos pilotos y directivos de NASCAR que fueron en su ayuda, estuvieron de su lado y estuvieron dispuestos a sacrificar todo por él, sólo para enterarse que el asunto fue simplemente un fraude más? Eso y la decisión sobre la bandera causaron los índices de audiencia más bajos de la historia”, tuiteó Trump.
Si bien el presidente de Estados Unidos aseguró que los índices de audiencia de NASCAR bajaron, en realidad registraron un alza.
El tuit se da luego de que aprovechó un par de discursos sobre el Día de la Independencia para ahondar aún más en las divisiones de Estados Unidos al acusar a los manifestantes contra el racismo de empeñarse en una “despiadada campaña para borrar nuestra historia”.
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