Para mirarte mejor

Ojos de perra azul

Para mirarte mejor
Para mirarte mejorCortesía de la autora
Por:

Mis ojos nacieron mucho antes que el resto del cuerpo. En las primeras fotografías eran grisáceos, indefinidos, ese particular tono inaugural e impreciso que tienen los recién llegados al mundo. No lloraron, estaban reconociendo el rarísimo espacio que habrían de habitar. Se movían con asombro de un lado a otro, aprendían a abrir y cerrar los párpados. Empezaban a estar, a ver luces y sombras, objetos informes, figuras de seres extraños, de cerca y de lejos. Los iris se tornaron azules, más adelante se convirtieron en verdes, luego ámbar, grises de nuevo, o yo qué sé. Nunca nadie le atina al color, ni yo misma.

Son los primeros de una serie que tuve después, también con retinas, córneas, pupilas. Son múltiples, caleidoscópicos, me permiten cambiar la visión de las cosas que se me presentan en la mutante realidad exterior. Los guardo en estuches, caracoles con agua de mar para conservar sus irisados matices. Uso uno diferente cada día, según mi ánimo y el estado del tiempo. Los coloco dentro de mis cuencas vacías, comienza el contacto visual con lo no familiar, lo siniestro que existe allá afuera y en mi revuelto interior.

Con los cafés los escenarios se ven sepia, antiguos, me diviso en míticas épocas conviviendo con dioses y sabios. Con los azules se atisba el futuro, mi historia resulta ambigua, prefiero evitarla y enfocarme en hechos ajenos. Los naranjas hacen que las personas parezcan traslúcidas, pero así las descifro mejor. Los violetas me dan seguridad para mirar fijamente a los demás, los uso los fines de semana para seducir a conocidos y extraños.

Si observo el cielo me pongo los verdes, aparecen figuras geométricas que cambian de sitio, reinventan estrellas y soles lejanos. Con los neutros leo, interpreto entre líneas, me sumerjo en cada palabra, les doy mi propio y polisémico sentido.

Eran grisáceos, ese particular tono impreciso que tienen los recién llegados al mundo

TODOS MIS OJOS contemplan diferentes ángulos, perciben diversos panoramas, nada está fijo, hay infinitos punto de vista, más que los evidentes. Modifican las perspectivas, construyen imágenes del paisaje extrínseco pero esencial, configuran seres humanos, animales. A ti. La mente se abre, el juicio se amplía. Hay más dimensiones por explorar.

Tengo unos especiales, mis favoritos, tus ojos que son amarillos. Te los arranqué la otra noche para que no te fijaras en otra mujer ni vieras a más nadie. Ahora son míos y nos miramos mejor.

* Soy gente mal.