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Doctor Strange en el multiverso de la locura: ¿Por qué ver la película de Marvel?

La secuela de "Doctor Strange" es dirigida por Sam Raimi y consolida a los personajes y conceptos que serán el futuro del universo fílmico; estos son todos los motivos para verla

Xochitl Gómez, Benedict Wong y Benedict Cumberbatch, en un fotograma de la cinta.
Xochitl Gómez, Benedict Wong y Benedict Cumberbatch, en un fotograma de la cinta.

Las un tanto disparatadas dosis de horror con aire a Serie-B, pero con manufactura de gran producción, le vienen de maravilla al usual humor de este universo fílmico, construido a través de más de una veintena de películas, para terminar de definir así su lado místico en "Doctor Strange en el multiverso de la locura".

Ése en el que los héroes ya no sólo enfrentan invasiones o peligros cósmicos, sino catástrofes dimensionales y amenazas sobrenaturales.

Todo gracias a que en la silla de director está Sam Raimi, un especialista en los códigos de los clásicos de dicho género, que van de llamativas deformaciones físicas a los terroríficos encuadres con las figuras en primer plano siendo arrastradas hacia la oscuridad, los cuales son usados para apuntalar las secuencias trepidantes y explosivas donde se fragmentan constantemente las visiones.

De este modo es que entregan un espectáculo con criaturas demoníacas incluidas, que lleva el arquetipo del superhéroe al campo de la fantasía conocido como de espada y brujería, donde la magia siempre va acompañada de connotaciones oscuras.

La literalidad y los efectismos que apuntan a cierta ironía, hacen muy divertido este pasaje casi arrancado de Strange Tales —historieta donde debutara nuestro protagonista en 1963—, que no se toma demasiado en serio, y sigue los intentos del otrora Hechicero Supremo —recordemos que tras desaparecer debido a las acciones de Thanos, ese estatus lo tiene Wong—, por salvar a una chica cuya habilidad para saltar entre realidades le vuelve el blanco de un atormentado personaje cuyas intenciones se revelan sin demasiados rodeos, para acertadamente concentrarse en darle continuidad a su evolución, convirtiéndole en uno de los antagonistas mejor desarrollados dentro de las películas y series Marvel.

Lo violento de algunas acciones que en este caso rebasa los estándares mantenidos por Disney, resultan naturales dentro de una propuesta que no se toma tan en serio, y de paso justifican el “fan service” que de manera ya muy tramposa busca crear expectativas dentro de los fans, con inclusiones que así como sucediera con "WandaVision", normalmente no llegan a ningún lado y lo más que ofrecen son un par de confirmaciones o una que otra despedida.

Por supuesto que, dentro del caos de multiversos en cuestión, que se relaciona mucho menos de lo que pudiera pensarse con "Spider-Man: No Way Home", hay aspectos medianamente justificados, además de evidentes problemas con la simultaneidad de las situaciones, restándole congruencia al desarrollo y la trama.

Afortunadamente el oficio del también responsable de "Spiderman 2" (2004) —una de las mejores películas de superhéroes—, quien sabe amoldar el material que ya se ha venido trabajando, a una estructura base que conoce y maneja a la perfección para alcanzar los puntos dramáticos en el momento justo, que darán pie a la respectiva redención y el sobresalto que se reserva un pequeño giro a la fórmula; logra sostener una película funcional por sí misma.

Es decir, sin depender demasiado de las conexiones con otras de las sagas, "Doctor Strange en el multiverso de la locura" cumple como entretenimiento, además de consolidar personajes y los conceptos sobre los que pretende seguir transitando el Universo Marvel.

rc

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