Aún con el acuerdo de civilidad, el secretario de Salud, Jorge Alcocer, y los directores de los institutos de Salud para el Bienestar (Insabi), Juan Antonio Ferrer, Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, y de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Luis Antonio Ramírez, fueron tundidos en una comparecencia que se alargó por nueve horas en San Lázaro.
Alcocer Varela sostuvo que los casos van a la baja, pero reconoció el “heraldo” de un posible rebrote en ocho entidades y agregó “desde la semana 29 hay un claro descenso, 20 entidades suman 12 semanas a la baja y cuatro siguen en meseta”.
El funcionario dijo que a pesar del alto número de contagios, en ningún momento se ha visto saturado el sistema de salud, y México ocupa el lugar 15 de contagios y el décimo de muertes por cada 100 mil habitantes. “No es para ‘enorgullecernos’, pero sí para estar conscientes que pudo ser mucho peor”, puntualizó.
La panista Martha Estela Romo le regaló una urna para cenizas, “para que recuerde que la ineptitud mata”; mientras que Sonia Rocha, también albiazul, le dio una bata y cubrebocas de mala calidad y lo retó a ir con éstos a un hospital Covid, al tiempo que le entregó un trofeo por ser el “número uno en muertos”; además, la perredista Abril Alcalá, le dio una piñata de coronavirus.
En su oportunidad, Robledo Aburto reveló que los 37 mil medicamentos oncológicos robados y ya recuperados, no podrán utilizarse porque no son confiables, pues “la trazabilidad se pierde”, en torno al procedimiento establecido que permite conocer el histórico, ubicación y trayectoria de un fármaco, para que, en caso de que un consumidor tenga reacciones adversas, se ubique la línea de producción y se evite que siga a la venta.
Mientras que, Ferrer Aguilar explicó que el Insabi recurrió al mercado internacional y afirmó que “no habrá desabasto oncológico”.