Se tambalea apoyo a Biden por choques y riesgo de perder

Pese al intento de respaldar de manera unánime al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como su candidato, en el Partido Demócrata persiste la división ante fuertes inquietudes de si el actual líder es la mejor opción y será capaz de vencer a Donald Trump por segunda vez.

Liberales de la Cámara de Representantes se reunieron a puertas cerradas para evaluar el futuro electoral en un claro intento de garantizar que siguen con el político de 81 años, como declaró el líder demócrata en el recinto, Hakeem Jeffries; sin embargo, crecen las voces del bando crítico lo que evidencia que no hay claridad ni consenso.

Quienes han externado sus preocupaciones sobre el actuar del ejecutivo federal admiten que la campaña fue opacada por un mal debate y los reflectores apuntan ahora a su salud.

Ante esta situación, abogan por un cambio. Afirman que es mejor virar hacia un reemplazo, como Kamala Harris, en vez de un líder que luce distraído y, por momentos, no sabe salir de situaciones complicadas, pues temen un camino cada vez más difícil cuando están en puerta la convención y otro debate.

Una de esas voces fue la de la congresista Mikie Sherrill, quien exhortó al líder a abandonar la contienda para demostrar que sí le preocupa el país. “Hay demasiado en juego y la amenaza (del regreso de Donald Trump) es muy real como para permanecer en silencio”, advirtió en su cuenta de X para reflejar las dudas si el ejecutivo federal se mantiene como aspirante a la reelección.

Añadió que dar un paso de costado permitiría a los demócratas reforzar el proceso con otro candidato a menos de cuatro meses de la elección, acto que dijo no demerita su gestión al enlistar sus logros como la defensa de Ucrania ante la invasión rusa, liderazgo mundial, la recuperación económica por la pandemia de Covid-19 y el más grande: “Derrotar a un hombre que representaba una amenaza existencial para la nación”.

Pero abundó que ése está por repetirse, pese a que Biden insiste que lo puede derrotar, pues la prioridad como partido debe ser frenar al exmandatario convicto, quien amenaza los derechos y las libertades en EU, como en el aborto.

Sin embargo, ni esos reclamos ni declaraciones de que su carta no tuvo el impacto deseado fueron suficiente para poner fin a la postulación de quien días antes reiteró que los votantes lo apoyan y no abandonará la carrera. Y hasta nuevas dudas surgen como la preocupación por una enfermedad que la Casa Blanca ocultaría, versión que ya fue desmentida.

Pero los debates internos continuarán, para ver si Biden es la mejor opción, pues la prensa local reveló que los Caucus Negro e Hispano analizan la situación que se concentra actualmente en el desempeño y estado mental del jefe de Estado.

También se dijo que demócratas del Senado retomarían el tema, pero la reu-nión se pospuso para hoy. Y siguen las voces que opinan que es mejor cambiar a tiempo que arrepentirse en las elecciones del próximo 5 de noviembre, al voltear hacia la vicepresidenta.

En tanto, desde la residencia oficial buscan afianzar a Joe Biden como candidato, pues Kamala Harris, y la primera dama, Jill Biden, hacen campaña para despejar las dudas y destacar el éxito y el apoyo que mantiene el presidente, principalmente de las mujeres, para la reelección y quedarse así cuatro años más en el poder, acto que refleja la intención de disminuir las críticas sobre su salud luego de que se especulara por constantes visitas de un neurólogo.

Y más tarde el presidente se mostró nuevamente a cuadro en un acto oficial para mostrar su capacidad. Esta vez dio un discurso ante visitantes e integrantes de la Organización del Tratado del

Atlántico Norte (OTAN) con motivo del 75 aniversario de una alianza transatlántica clave para la seguridad mundial.

Pero algunos críticos insistieron que este tipo de actos no son para evaluar su capacidad, pues se trata de escenarios controlados y casi cómodos, lo que contrasta con su comportamiento en el primer debate presidencial con Donald Trump, quien juega con las críticas a su oponente, pues ya lo retó a jugar golf como lanzaron en junio pasado, lo que ya descartó el gobierno, y arreció los ataques contra la vicepresidenta Kamala Harris al señalar que como posible relevo no le está yendo bien y que probablemente también tiene problemas cognitivos.