Guerra caliente nuclear

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No es probable que un comandante de un navío nuclear diga un día: “Destruyamos el mundo”. Y luego pase. Pero sinceramente el hecho de que ESO aún sea una probabilidad es suficiente para cuestionar lo que estamos haciendo con las armas nucleares. Y ¿qué se está haciendo? NADA.

La situación hoy es mucho peor que en tiempos pasados. Mucho más allá de que Putin o Trump se despierten con ganas de desayunarse una nube de hongo nuclear, ambos países han tenido planes de atacar (EU tiene un protocolo oficial de primer ataque bajo específicas circunstancias) sólo para mantener la ventaja numérica sobre la nación adversaria.

Si lanzas un primer ataque, o si respondes al ataque nuclear de otro, el proceso debe ser veloz, ya que el retraso puede significar la aniquilación completa de tu nación o de tu habilidad para contraatacar. Así que, si un bando estuviera dispuesto a agredir (o si erróneamente se percibe una amenaza enemiga) habría motivación suficiente para infligir un ataque mortal sobre su oponente, antes de que éste responda.

Es imposible no llegar a una conclusión catastrófica si juntamos las declaraciones del exdirector de Comando Estratégico, General Lee Butler, quien advierte como un “milagro que el mundo haya salido de la Guerra Fría sin desastres nucleares”; la frecuencia de los posibles “accidentes” que detonarían una guerra exterminadora, http://futureoflife.org/background/nuclear-close-calls-a-timeline/ ; y el recorte de procesos para lanzar un arma (Rusia en específico adaptó controles remotos en Moscú que circunvalan la cadena de mando para lanzar misiles en Siberia en menos de 20 segundos). Si tomamos esto racionalmente, deberíamos rezar con fervor para que Trump y Putin estén unidos por fuertes lazos de corrupción. Eso haría mucho menos certera la amenaza de una guerra nuclear.

En la Guerra Fría, EU y Rusia establecieron controles y abrieron comunicación después de la Crisis de los Misiles en Cuba, para asegurarse de que una estupidez o malentendido no acabe con la humanidad. Después, con la aparente paz, esta medida se abandonó. En ese entonces, líderes americanos respetaban a Rusia y le cedieron su dominio propio. Hoy quieren que Rusia se hinque y se someta obedientemente en todos lados (Siria y Ucrania son ejemplos).

El exsecretario de Defensa americano, William Perry, menciona que “hoy, el peligro de una catástrofe nuclear es mayor que durante la Guerra Fría y la mayoría de las personas están felizmente ignorando este peligro”.

También revela Daniel Ellsberg, analista político responsable por filtrar los Pentagon Papers  y planeador nuclear en los 60: ante cualquier conflicto con la Unión Soviética, Estados Unidos inmediatamente lanzarían un primer ataque a la URSS y también a China, matando en ese primer intento a unos 600 millones de personas, de acuerdo con los cálculos del Pentágono.

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