Basado en los altos índices de popularidad y con el apoyo del pueblo, según dicen sus propias encuestas y los sondeos realizados en El Salvador, 94.3% de los salvadoreños encuestados afirman que votarían por Nayib Bukele para que continúe como presidente, según levantamiento publicado por TResearch internacional el pasado 22 de septiembre, y apuntalado por el mismo Bukele en sus redes, quien además sustenta mucho de su postura en la popularidad con que cuenta, que según el ranking de aprobación mundial de presidentes de CID Gallup, está en la cúspide, con 86% de aprobación.
El presidente de El Salvador escogió el Día de la Independencia de su país para hacer el anuncio de su reelección como presidente, recordó cuando era alcalde de Cuzcatlán, 10 años atrás, y se refirió al mismo cuerpo diplomático que lo acompañó en esta ocasión, habló de soberanía e independencia, firmaron la soberanía frente a España, pero asegura que pasaron muchos años y que ahora sí son soberanos. Habla de las decisiones de su país y de su soberanía, de la decisión soberana que todos los salvadoreños hoy pueden tomar.
Habló de la dictadura, la guerra civil, los gobiernos incompetentes y corruptos y, asegura que hoy, sus compatriotas sí se sienten libres. También comentó que hoy, la sociedad en general, el pueblo en su totalidad, se siente libre y está en total libertad.
En ese discurso profundo de recorrido histórico de lo que es hoy ese país centroamericano, donde se puede recordar una guerra interna que sólo tuvo muerte y desolación.
Alrededor de este discurso, colorido y bien elaborado, donde nos transportó a la actualidad que dio más muerte que en la guerra a manos de las pandillas, Bukele recorrió la historia de su país para terminar con su propuesta central, basada en los resultados alcanzados en temas de seguridad, en números y en preferencias, más allá de lo que la Constitución de su país dice.
En el anuncio que hace, al lado de su esposa y de su pequeña hija, dice que decidió correr por la Presidencia de su país.
Hasta ahí todo bien, sin lugar a duda el sentimiento le favorece, el momentum está en sus manos, su trabajo lo respalda, su popularidad lo avala, y el pueblo lo reclama, pero, ¿y qué con lo que dice la Constitución de su país?
Es importante señalar que la Constitución de El Salvador, en por lo menos tres artículos, coloca varias disposiciones donde se expresa la prohibición de la reelección presidencial. Aquí sólo un ejemplo: Art. 154.- El período presidencial será de cinco años y comenzará y terminará el día primero de junio, sin que la persona que haya ejercido la Presidencia pueda continuar en sus funciones ni un día más.
No tengo duda de lo mucho que se logró hasta ahora en El Salvador en la lucha contra el crimen, los avances en materia social y económica, tampoco tengo duda de la capacidad de su presidente y la gran aceptación que tiene en todo El Salvador y Centroamérica. También sé que la decisión final estará en manos de la Suprema Corte y el Tribunal Supremo Electoral, estoy seguro que Bukele correrá como candidato, se encontrarán las justificaciones y las formas para que se interprete, de acuerdo a los intereses, lo que se necesita.
Sólo me quedo con la reflexión, para que los mexicanos observemos con atención lo que los hermanos salvadoreños están viviendo y, sin juzgar, atendiendo a la libre determinación de los pueblos, sugiero que pongamos ojo avisor.