Claudia Sheinbaum debe ser clave en la elección de candidatos a gobernador en nueve entidades del país. En algún sentido debería empezar a utilizar el bastón con todo y mando.
En el proceso interno de Morena que hoy finaliza, van, por un lado, las claroscuras encuestas de Morena para elegir a sus representantes, y, por otro lado, está la voz del Presidente y bajo las actuales condiciones la de su candidata a la Presidencia.
No queda claro qué podrá pasar hoy con quienes no sean elegidos, se van o apechugan. Hay indicios de división, porque algunos aspirantes no serán seleccionados, a pesar de que tengan los mejores números entre la militancia.
Altán, competencia sucia en celulares
Las cosas han entrado en nuevos terrenos debido a que los partidos están obligados a presentar cinco candidatas mujeres y cuatro candidatos hombres. Esta nueva dinámica ha cambiado la perspectiva y, sobre todo, ha colocado un nuevo escenario de lo que debe de ser la elección interna de los partidos.
Cuando se llevó a cabo la propuesta los partidos estuvieron de acuerdo sin reparo alguno. Se empezaron a arrepentir, porque surgieron temores sobre lo que pudiera pasar con candidatas mujeres. La conciencia partidista duró poco perdiendo de vista que si no se desarrolla un proceso progresivo de participación de la mujer nunca se va a dar el giro de las cosas.
La decisión del TEPJF marca un hito en la vida del país. Las mujeres van apareciendo en cargos políticos en donde ellas son las que deciden y no tienen que esperar “línea” para opinar o instrumentar acciones y decisiones.
En Morena tendrán que decidir qué hacer en algunos estados en que los procesos están muy parejos, en los cuales pase una cosa u otra se pueden venir divisiones significativas que trasciendan a la elección misma de esos estados.
El oficialismo no puede vivir un nuevo capítulo como el de Coahuila, porque ya se vio que divisiones internas llevan a derrotas electorales. También ya se vio que no necesariamente en algunas entidades la voz del Presidente resulta definitiva en la toma de decisiones de los candidatos que no sean electos.
Donde las cosas se han puesto complicadas es en la capital. El candidato más cercano de Claudia Sheinbaum está en medio del fuego amigo. Desde Morena se le han ido con todo bajo argumentos que pasan por su origen militar y por su presunta participación en el caso Ayotzinapa. Paradójicamente se le señala sobre un tema en que el Presidente ha actuado con plena convicción de militarizar muchas de las actividades de gobierno y del país.
De por medio puede estar el tema de la cuota de género para definir la candidatura. Sin embargo, que Omar García Harfuch no sea el candidato de Morena a la capital termina por no beneficiar a la candidata a la Presidencia, por más negociaciones que se crucen en el camino. Los llamados “duros” quieren a toda costa que Clara Brugada sea la candidata. No es casual que en el acto que encabezaría Claudia Sheinbaum en el Estadio de la Ciudad de los Deportes le hayan hecho el vacío las bases morenistas de la capital identificadas con los “duros”.
Este día Morena empieza a jugar la otra parte del proceso electoral. Tiene definida su candidatura a la Presidencia, pero lo que decida hoy hará más fuerte o débil a su aspirante. No es fácil conciliar a los morenistas como se ha visto estos días. Tienen que saber elegir, porque por más que para todo se remitan a su abrumador líder, saben que no estará en las boletas.
Sin embargo, sin importar que en Morena anden en el agarrón, todo indica que será el inquilino de Palacio Nacional el fiel de la balanza, a quien pareciera no le quedará de otra que consultarlo o de plano hacérselo saber a su candidata a la Presidencia.
RESQUICIOS.
Hasta donde entendemos la presidenta de la Corte no ofreció los fideicomisos del PJF. Norma Piña manifestó su voluntad para discutir el tema, para lo cual el Presidente le envió a la titular de Bucareli. El resto de la historia se escribe a la manera de la mañanera.