Tercer tema.
El primer tema de este collage fue la inflación durante la primera quincena de octubre, que en términos anuales fue 4.69%, 1.69 puntos porcentuales, el 56.33 %, por arriba de la meta puntual de inflación del Banco de México, 3%, muestra de su ineficacia para lograr el objetivo.
El segundo tema fue el decrecimiento, en septiembre, de las importaciones, una muestra más de la clara tendencia hacia un menor crecimiento de la economía mexicana, con el impacto que tendrá sobre la creación de empleos, la generación de ingresos y el bienestar.
La disputa por El Mayo Zambada
El tercer tema está relacionado con las finanzas del gobierno, que el año que entra estarán más presionadas de lo que ya lo están este año, consecuencia del déficit que ha crecido, y que es la parte del gasto que no se financia con impuestos sino con deuda, que también ha crecido.
En 2018, último año del sexenio de Peña Nieto, el déficit fiscal fue, según el Informe sobre Finanzas Públicas de la SHCP, equivalente al 2.1% del PIB, del ingreso generado en el país. En 2024 será, según la proyección de la SHCP, del 4.9%, que podría llegar, dependiendo de cuánto crezca PIB este año, al 6%.
En 2018 la deuda total del Sector Público Federal fue de 10.8 millones de millones de pesos, el 46.00% del PIB. En 2024 será de 16.6 millones de millones, el 51.48% del PIB, lo cual da como resultado, para el sexenio de AMLO, un aumento del 53.70%.
Los resultados del sexenio anterior, como porcentajes del PIB, son los siguientes: 133.33% de aumento en el déficit fiscal y 11.91% en la deuda.
Para el año entrante, suponiendo un manejo menos irresponsable de las finanzas gubernamentales, debe darse la consolidación fiscal, que en este caso implica reducir el déficit al 3% del PIB, según los Pre criterios Generales de Política Económicas 2025 (los definitivos se deben presentar, a más tardar, el 15 de noviembre). Si el déficit es la parte del gasto que se financia, no con impuestos, sino con deuda, para reducirlo hay que, o reducir el gasto, o aumentar los impuestos, o reducir el gasto y aumentar los impuestos, opciones poco atractivas, porque la reducción del gasto perjudica a los políticos que lo ejercen y a las ciudadanos que lo reciben, y porque el aumento de impuestos perjudica a los contribuyentes. ¿Existe alguna otra opción para financiar el gasto del gobierno? Sí, la producción de dinero de parte del Banco de México.
Hoy el Banco de México es autónomo y eso quiere decir que el gobierno no puede obligarlo a producir dinero y dárselo para que lo gaste. Pero, si se modificara el párrafo sexto del artículo 28 constitucional, podría eliminarse la autonomía y entonces el gobierno podría ordenar al banco central producir dinero y dárselo para financiarse, lo cual incentivaría un mayor gasto y un mayor déficit, que sería la parte del gasto financiada, no con impuestos, sino con deuda y/o con producción de dinero, ocasionándose mayor inflación (véase: https://www.razon.com.mx/opinion/columnas/arturo-damm-arnal/banco-mexico-amenaza-1-5-591380).
La ventaja para el gobierno es que puede realizar esa modificación constitucional sin que pueda impugnarse legalmente, porque las impugnaciones legales a los cambios a la Constitución ya las prohibió, a su favor, el mismo gobierno.
Así el tercer tema de este collage.