TIEMPO DE COMPENSACIÓN

Otro fracaso en Champions para Messi y el PSG

TIEMPO DE COMPENSACIÓN

Ángel Papadópulos*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Ángel Papadópulos
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El Bayern Múnich eliminó al Paris Saint-Germain en los octavos de final de la Champions League, marcando salidas consecutivas en esta instancia para la escuadra francesa. Un fracaso más para la directiva qatarí a nivel continental.

Sin ser dominante, el primer tiempo de los parisinos fue alentador, con dos llegadas muy claras al arco de Yann Sommer. Los bávaros no se lograron establecer en los primeros 45 minutos, incluso tuvieron que depender de un par de salvadas extraordinarias de Matthijs de Ligt para no conceder el primer tanto.

No obstante, los dirigidos por Nagelsmann dieron un giro de 180 grados en la segunda mitad, a partir de actuaciones brillantes por parte de su doble pivote, Joshua Kimmich, funcionando como un seis de libro, orquestando y distribuyendo en la base del medio campo y sin balón, frenando los avances rivales. Acompañado del todoterreno León Goretzka, quien es capaz de hacer recorridos defensivos los 90 minutos, además de desempeñarse como un llegador desde segunda línea, realmente un futbolista capaz de influir de una área a la otra.

Condicionado por la ausencia de Neymar, el plan de partido de Christophe Galtier fue plano y predecible, pues parecía depender de alguna genialidad de Kylian Mbappé o Lionel Messi, quienes tuvieron un impacto muy limitado en el encuentro; considerando la importancia del partido, ambos tuvieron actuaciones para el olvido. Las ocasiones más claras para los parisinos en los segundos 45 minutos fueron un par de cabezazos de Sergio Ramos.

También cabe destacar la enorme diferencia de calidad en las opciones de banca con las que cada estratega contaba, pues la banca del Bayern era ampliamente superior, demostrando la diferencia en gestión de las directivas, un proyecto contra una obsesión.

Los bávaros son una máquina capaz de adaptarse a cualquier situación, ya que presionan a lo largo del encuentro coordinadamente, pero también se pueden replegar e incluso controlar el esférico. Cuando este equipo hace “click”, como lo hizo en el segundo tiempo, tiene pinta de campeón europeo.

Los de Nagelsmann se lograron clasificar a partir de tramos de partido notables, aunado a que se encontraron con un rival que finalmente decepcionó. Quedará por verse cómo compiten contra escuadras más trabajadas en las siguientes fases. Lo del PSG es realmente preocupante; el camino hacia la gloria europea parece más incierto que nunca.