Antonio Fernández Fernández

Sin solución el caos vial en la CDMX

ANTINOMIAS

Antonio Fernández Fernández*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Antonio Fernández Fernández
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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“Cuando en un país reina el caos, es una vergüenza ser rico y funcionario”

Confucio

El primer auto que llegó a la Ciudad de México fue en el año de 1895, fue adquirido por Fernando de Teresa, importado de Estados Unidos, era un auto de carácter artesanal; posteriormente, en el año 1898 se importaron autos de Francia, de la marca Delaunay Belleville, de Alemania, de la marca Benz, y de Italia de la marca Fiat.

La primera agencia de autos que abrió en México fue en el año de 1901, inmediatamente se inició un próspero mercado, por lo que fueron llegando diversas marcas de automóviles a establecer sus agencias de autos, y no obstante los altos impuestos que se establecieron para la importación.

El crecimiento de los autos en México contrastaba con la ausencia de un sistema vial y de carreteras que conectaran a la capital del país con otras ciudades. El presidente Porfirio Díaz influyó en el auge automotriz, pues tenía un auto de lujo de la marca Panhard 35 H.P, de origen francés, pues como sabemos, era muy afín a la cultura francesa. Siendo su primer viaje a Tlalpan, para asistir a una fiesta organizada por el gobernador del Distrito Federal, Guillermo de Landa y Escandón, lo que fue noticia en todos los periódicos del país, poniendo de moda, entre la clase alta, el uso del automóvil.

Desde la llegada del automóvil a nuestro país, nunca hemos construido una red carretera de calidad para llegar a los lugares apartados, aun cuando, en los últimos años, se han otorgado concesiones para que los particulares las construyan, operen y mantengan en buen estado, mediante una cuota de peaje, hace falta una red carretera que pueda conectar todas las ciudades del país de la mejor manera, además muchas de ellas se encuentran saturadas.

La Ciudad de México, siendo la ciudad más poblada del país y con el mayor número de autos en circulación, con pocas vías rápidas, una descoordinación de los semáforos, un transporte público deficiente, improvisado y sin rutas planeadas para conectar las diversas formas de transporte público, resulta un gran caos vial.

Ejemplo de lo anterior, es el sistema de transporte llamado Metro, el cual cada año transporta menos personas por día, lo que resulta preocupante, en virtud de ser el mejor sistema de transporte público; sin embargo, la falta de vagones, el retraso en sus viajes, el mal estado en que se encuentra, ha generado que sus usuarios emigren a sistemas más eficientes, como el Metrobús.

La CDMX no tiene un buen sistema de transporte público, además de que tiene una gran planta de automóviles, que ha crecido a raíz del programa denominado Hoy no Circula, convirtiendo a la CDMX en un gran estacionamiento, donde ya no hay espacio para guardar los autos; colonias habitacionales como Jardines del Pedregal de San Ángel, se han convertido en grandes estacionamientos, encontrándose sus banquetas ocupadas por autos, imposibles para los peatones, sin que se observe una solución a todo esto.

El caos vial de la CDMX no parece tener fin, cada día hay más motocicletas, camiones de carga y autobuses circulando en avenidas como el Periférico, donde se supone que está prohibido para ellos, ahí es un lugar de todos contra todos, sin reglas, imperando la ley de la selva, donde el más grande es el que gana el pase, pronto ya no habrá más espacio para autos.