Gobierno y Covid (1/5)

PESOS Y CONTRAPESOS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Aprovecharé esta semana para responder, de la manera más razonada posible, la pregunta ¿qué debe hacer el gobierno frente al Covid? ¿Debe obligar a la vacunación? ¿Debe obligar al uso del cubrebocas? ¿Debe exigir pasaportes sanitarios? ¿Debe prohibir o limitar actividades, desde económicas hasta sociales? ¿Debe limitar, exigiendo ciertas conductas y/o prohibiendo otras, la libertad individual?

Quiero responder la pregunta por la discusión que ha surgido, sobre todo entre liberales, en torno a las respuestas a las preguntas planteadas, muchas de ellas contrarias. ¿Hay, desde el punto de vista liberal, una sola respuesta? Esta es la pregunta que pretendo responder, para lo cual hay que empezar aclarando qué es el liberalismo y qué tipo de gobierno le corresponde.

El liberalismo no es una ideología política, una idea preconcebida de cómo debe organizarse la sociedad y de cómo deben comportarse las personas para conseguir ese tipo de organización. El liberalismo es un principio ético para la guía de la conducta: “Respetando los derechos de los demás, y asumiendo los riesgos y las responsabilidades, haz lo que quieras”, lo cual quiere decir que el límite de la acción humana son los derechos de los demás, comenzando por los derechos a la vida, la libertad individual y la propiedad privada.

A ese principio ético que es el liberalismo, ¿qué tipo de gobierno le corresponde, teniendo en cuenta que sus tres poderes son obligar, prohibir y castigar, poderes que el gobierno usa para limitar el ejercicio de la libertad y el uso de la propiedad?

Desde el punto de vista liberal las tareas del gobierno son: prohibir violar derechos; prevenir su violación; castigar al violador; obligarlo a resarcir a su víctima, cuatro tareas esenciales a las cuales no puede renunciar sin dejar de ser gobierno, pudiendo ser, desde el petrolero de la nación, hasta el educador de la gente, pero, si no prohíbe violar derechos; si no previene su violación; si no castiga al violador; si no lo obliga a resarcir a su víctima, será desde petrolero hasta educador, pero habrá dejado de ser gobierno, cuya tarea esencial, a la que no puede renunciar sin dejar de serlo, es hacer valer, con la mayor eficacia posible, y con total honestidad, los derechos de las personas, lo único que justifica el cobro de impuestos, el que el gobierno obligue a los ciudadanos a entregarle una parte del producto de su trabajo.

Ante una pandemia como la del Covid, ¿cuáles son las legítimas tareas del gobierno? La respuesta depende de la respuesta a esta otra pregunta: ¿de qué manera, ante una pandemia como la del Covid, podemos, consciente o inconscientemente, violar derechos de otros, sobre todo el derecho a la salud, derivado del derecho a la vida?

Continuará.